Nos queremos despedir del P. Rafael Dávila, M. M., quien por 25 ha estado celebrando la Misa cada mes en Casa Juan Diego. Estamos muy agradecidos por su continua presencia y su dirección espiritual a los inmigrantes y refugiados de Casa Juan Diego, donde ha animado a quienes han sufrido mucho en sus países de origen y en su travesía a los Estados Unidos.
En sus homilías, el Padre Dávila les ha afirmado a los refugiados de su dignidad y les ha asegurado el amor que Dios tiene por todos ellos, sabiendo cuánto pueden contribuir a la vida y al trabajo en los Estados Unidos, ayudando a reconstruir un mejor orden social. Ciertamente que él les ha dado esperanza.
El Trabajador Católico de Houston, XLV, No. 1, enero-marzo 2025