La esperanza ha emergido de los primeros pasos hacia la reforma migratoria que está a discusión en el Congreso de EUA. Al parecer existe una nueva disposición bipartidista para enfrentar el problema de los millones de personas indocumentadas en los Estados Unidos. Esperamos y rezamos para que este esfuerzo no se estanque en preocupaciones políticas sobre quién se lleva el crédito por cualquier reforma.
Somos testigos de la destrucción de las familias inmigrantes mientras son separadas por las depor-taciones y nos regocijamos ante la posibilidad de una nueva ley que pueda mostrar un camino para la legalización y la ciudadanía. Las deportaciones actuales significan que los padres tal vez nunca verán a sus hijos de nuevo. Esta injusticia debe ser atendida en la nueva legislación y las familias deben ser reunificadas.
No sólo las familias sufren terriblemente por las deportaciones, sino también aquéllos que están aquí trabajando y se les paga tan poco que es muy difícil para las familias sobrevivir.
Demasiado énfasis en la aplicación rigorosa de la ley
Nuestra alegría en la posibilidad de una nueva ley es atenuada por el énfasis en las propuestas sobre una aplicación más rigorosa de la ley en las fronteras, más patrullas fronterizas, mayor infraestructura de tipo militar.
Desafortunadamente, todavía hay un espíritu punitivo vivo en los terrenos alrededor de aquéllos que están tratando de amarrar una costosa e incontable rigorosa aplicación de la ley a una práctica y humana reforma que hace posible que las personas puedan trabajar sin ser explotadas y que unifica a las familias.
La aplicación de la ley no ha sido desatendida. En los años recientes, cantidades masivas de dinero y esfuerzo se han gastado en resguardar la frontera, en construir muros, en contratar más policía fronteriza, y en las detenciones y deportaciones de inmigrantes. La administración de Obama ha deportado más inmigrantes que cualquier administración previa.
Ya billones de dólares se gastan cada año en resguardar la frontera. De acuerdo con el reporte del Instituto de Políticas Migratorias, en 2012 el gobierno de E.U. gastó más en las agencias que monitorean el cumplimiento de las leyes de inmigración y del resguardo de la frontera, que en todas las otras agencias federales dedicadas al cumplimiento de la ley combinadas. El reporte indica que el año pasado, E.U. gastó casi 18 billones de dólares en medidas en contra de la inmigración ilegal, e indica que esto es 24% más de lo que gastaron la FBI, la Agencia Antidrogas (DEA) y el Servicio Secreto.
Otros reportes recientes indican que los agentes de Inmigración tienen número de cuotas de inmigrantes que deben arrestar y mandar a centros de detención para ser deportados.
¡Suspendan las detenciones y deportaciones!
¿Qué puede hacerse inmediatamente para ayudar a las familias?
Los crueles métodos empleados por el El Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos podrían ser suspendidos inmediatamente mientras la legislación se está formando y durante el tiempo en que las personas están esperando para que sus aplicaciones sean procesadas y para que llegue su turno de ser aprobadas.
En el mensaje del Estado de la Unión, el Presidente Obama habló positivamente sobre la reforma de inmigración y alentó a los grupos trabajando en el Congreso a que desarrollaran un proyecto de ley. En ese discurso dijo que aquéllos a quienes se les diera un camino hacia la ciudadanía, debían llegar al final de la línea, detrás de aquéllos aplicando para legalizarse. Uno podría decir que no existe línea, porque la gran mayoría de los inmigrantes ni siquiera pueden aplicar. Para aquéllos que han hecho aplicaciones para una reunificación familiar, las líneas se estrechan hasta la eternidad. El problema con la idea de llegar al final de la línea es que actualmente aquéllos que están esperando en línea, aquéllos pocos que han podido llenar aplicaciones, son sujetos, durante años de espera para que les llegue el número para poder completar su aplicación, a la deportación.
Si una nueva ley les solicitara a los inmigrantes que han estado aquí por años, ir al final de la línea, sus deportaciones deberían ser detenidas durante el proceso de aplicación. De otra manera, la ley agravaría las injusticias.
El presidente hizo referencia a la posibilidad de un número más realista de inmigrantes siendo admitidos de varios países. Esto facilitaría la presión de la inmigración indocumentada.
Atender nuestras políticas económicas globales que desarraigan a las personas
Nuestro sistema económico promueve la esclavitud laboral, especialmente en otros países. Nuestras políticas internacionales im-plementadas a través de acuerdos comerciales “libres” y las políticas y requerimientos del Banco Mundial y del IMF crean una realidad económica que desarraiga a la gente y fomenta la inmigración. Los tratados comerciales como el NAFTA (Tratado de Libre Comercio) en las últimas décadas, han hecho posible para las grandes corporaciones el hacerse cargo de la producción y de los mercados en áreas que anteriormente eran dirigidas por gente de pequeños negocios en sus propios países. Corporaciones basadas en Estados Unidos, toman ventaja de cada oportunidad en otros países para evitar impuestos que pueden ayudar a la gente local y contratar a los salarios más bajos que puedan encontrar.
La mayoría de la gente preferiría quedarse en casa si existieran buenas oportunidades ahí para poder criar a sus hijos en una economía decente. Los Papas han dicho que una persona tiene el derecho de migrar para alimentar a sus hijos, pero que también tienen el derecho a no migrar- tienen derecho a las necesidades básicas en su propia tierra.
Tiempo de actuar
Alentamos a nuestros lectores a contactar a nuestros líderes para pedir por una reforma de inmigración justa.