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Los ojos de la Fe

Hans Urs von Balthasar hace referencia a la idea de los Ojos de La Fe de Pierre Rousselot.  A continuación hay una reflexión, ligeramente adaptada, sobre los Ojos de La Fe sacada del Trabajador Católico de Houston del 2 de febrero de 1995. 

La Fe cambia cosas, y ojalá, nos cambie a nosotros para que podamos ver con los Ojos de la Fe.

Con la fe tenemos una nueva visión- una nueva persona.

PARA NOSOTROS MISMOS:  podemos ver más allá de nuestro ser egoísta, inmaduro, hipersensible, frustrado, autocompasivo, hipercrítico, paranoico, ambicioso, hacia un nuevo ser, un ser eucarístico nuevo- si tenemos fe.

PARA OTROS: con los nuevos anteojos de la fe, vemos a todos nuestros hermanos y hermanas en el mundo de una manera diferente y sí incluso a nuestros familiares y colegas del trabajo.

            Con los lentes de la fe vemos más allá del egoísmo, del narcisismo, la avaricia y el odio en nuestros hermanos  y hermanas para ver a una nueva persona, una vez más, mandado por el Nazareno.

Marca de Caín

 Con los ojos de la fe ya no vemos la marca de Caín en la frente de todos (de Caín que mató a Abel y que respondió a aquellos buscando por Abel- “¿acaso soy el guardián de mi hermano?”)

Con los ojos de la fe la marca de Caín se va y hay una luz neón parpadeando – tal vez como aquellas de los moteles baratos diciendo, “Tú- sí, tú- eres el guardían de tu hermano.”

Bueno, no exactamente, triste decirlo. Aquellas luces neón son horribles y siempre hay letras y partes faltantes.

Francamente, para  leer el letrero nuevo se necesitan un par de anteojos de fe bastante gruesos- y siempre estamos empañando los lentes de la fe. La participación en la Misa puede profundizar nuestra fé y ayudar a desempañarlos.

Dorothy Day nos advirtió que “el amor en acción es una cosa dura y terrible” que involucra la cruz- en comparación con el amor en sueños.

La Fe y la Eucaristía cambian toda nuestra perspectiva y nos permiten amar a cualquiera, sin importar su fealdad- incluso a nosotros mismos! La fe nos puede ayudar a darnos a nosotros mismos de pequeñas formas como Jesús lo hizo en la cruz.

 

El Trabajador Católico de Houston, Vol. XLII, No. 3, julio-septiembre 2022.