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Forzada marea humana

 

                 Artista: Angel Valdez

 

El rumbo vago. Miran el camino

por el postigo huraño del naufragio

y la orfandad de afectos.

Se yergue ante sus pasos el racismo y el abuso,

van como sombras en desolada procesión.

 

Fustigados por el agobio de la urgencia

abandonan la aldea de sus apegos.

Deambula ensimismada la hilera de migrantes

por la escabrosa senda

de la desesperanza y el olvido.

 

Mohíno el gesto, ansiosa la mirada,

marchan en busca vana

de nuevos horizontes,

entre el espasmo de sus pies heridos

y el miedo a la cascada infame de injurias y desprecio.

 

El rictus del desánimo emerge por la piel,

bajo el chubasco de la altanería

y los ardientes soles del agravio.

 

Es lento el caminar de los desheredados;

el acoso brutal a niñas y mujeres

en sádico negocio de proxenetas se convierte;

huyen los jóvenes del tétrico fantasma

del abandono, la desazón y la sevicia,

y reptan angustiados

por la empinada cuesta del exilio.

 

Llanto de niños separados de sus padres,

lanzados a un vacío rugoso

en cajas de pandora del tráfico de infantes.

 

El despojo y expoliación de nuestras patrias,

por los trituradores colmillos del imperio,

se extiende como mancha inicua

por los sinuosos meandros pletóricos de fango

y por los intrincados laberintos

del robo de los sueños.

 

Mientras las lágrimas inunden los inquietos ojos,

y se orille a la gente a condición de parias,

no se alborozarán los corazones

ni fosforecerán antorchas de alegría,

pues esto solamente se obtiene con la lucha.

 

Hasta cuando nos percataremos,

que no hay extranjerías en el planeta,

que todos somos hijos e hijas de la tierra,

que otra cultura solidaria hace falta

y que debe alumbrarnos una nueva humanidad.

 

Sí. ¡Hasta cuando, hasta cuando!

 

Rosalío “Chalío” Morales es un profesor de Ciudad Juárez, Chihuahua

 

El Trabajador Católico de Houston, Vol. XLI, No. 4, octubre-diciembre 2021.