En el año 2000 el cardenal John O’Connor introdujo en Roma la causa para la canonización de Dorothy Day. En el último número de El Trabajador Católico de Houston nosotros publicamos infor-mación sobre la esperanza y el proceso para la beatificación de Dorothy.
Hoy en día, la mayoría de la gente conoce mucho más acerca de Dorothy Day que de Peter Maurin, co-fundador del movimiento Trabajador Católico y pocos han mencionado la idea de una causa de canonización para él. Sin embargo, no es posible entender a Dorothy Day sin tener en cuenta tanto la influencia que Peter Maurin tuvo en su vida, como el conocimiento que ella tenía de las ideas de él.
El mundo reconoce la importancia de Dorothy para la fundación el movimiento del Trabajdor Católico, y esto está correcto. Pero, la influencia más importante en su vida y en el movimiento era Peter Maurin. Aunque ellos juntos fundaron el movimiento, Dorothy siempre dijo que Peter era el fundador, hanblando de él como ” Peter, el campesino francés, cuyo espíritu e ideas dominarán… el resto de mi vida”
Peter le presentó a ella sus ideas y su programa, incluido el periódico que ella más tarde editaría. Le dio un diluvio de información sobre el personalismo y la pobreza voluntaria, sobre su análisis de la historia, sobre los profetas de Israel y los padres de la iglesia, sobre los santos, sobre como detonar la maravillosa dinamita de la iglesia. El le contó acerca de su programa de acción,, de las Casas de Hospitalidad para la realización de Obras de Misericordia, y de las universidades prácticas de agronomía. Peter quería un periódico que le brindara una enseñanza social católica al “hombre de la calle”; y quería a Dorothy, una periodista, para fundar el periódico. El quería compartir su sueño de hacer una síntesis de ideas para una sociedad pluralista como Santo Tomas lo había hecho en la Edad Media, una síntesis que incluía economía para el bienestar de todos, y la idea de hacer un mundo en donde a la gente se le facilitara ser buena. Sus ideas no estaban dirigidas solamente a los católicos, dijo Dorothy: ”Sus amigos eran judíos, protestantes, agnósticos y también católicos, y él encontró ideas comunes con todos en lo que él denominó la doctrina tomística del bien común”. La reunión de Peter y Dorothy juntó a dos de los católicos más importantes del vigésimo siglo. El catolicismo en los Estados Unidos cambiaría para siempre. .
William Miller anotó que contrario a muchos críticos de la Iglesia, fue en la Iglesia misma donde Peter realizó la búsqueda de su nueva síntesis:” Tal vez esto se debe a que él era independiente y estaba tan absorto en su programa que nunca lo consideró necesario gastar energía criticando a la Iglesia. El personalismo de Maurin encontró que el pensamiento de la Iglesia no era ningún obstáculo a su filosofía o a sus métodos, sino que al contrario, solo a través del personalismo radical, fue que la dinamita de la Iglesia pudo ser detonada.
Miller relató que “los trabajadores podían contar historias en las que la identidad de Peter era confundida debido a sus vestimentas no con-vencionales. Abundan historias acerca de cómo algunas veces Peter fue confundido con el plomero, el obrero, el aseador cuando iba a dictar una charla en algún lugar. Como Dorothy dijo, “El nunca tuvo más que la ropa que llevaba puesta, pero sí tomó literalmente la guía del Evangelio-‘si alguien te pide vuestro abrigo dale también vuestra capa”. Dorothy Day recordó una ocasión en la que él fue a un pueblo de Westchester a dictar una charla en un club de mujeres …. y varias horas después de haber salido, ella recibió una frenética llamada telefónica: ¿Dónde estaba Maurin? “Desde el momento en que yo misma lo dejé en el tren, les dije que él iba a esperar en la estación. ‘Solamente hay un viejo vagabundo dormido en la banca,’ fue la respuesta. Nosotros sabíamos que era Peter”.
Algunos nunca vieron más allá de esta imagen de él. Sin embargo, la profundidad del pensamiento de Peter y su santidad, son obvios para aquellos que leyeron las escrituras de Dorothy. Miller, en su biografía de Dorothy, relata el concepto que ella tenía de Peter, que él era un profesor santo, “un apóstol para el mundo”:
“El hacia que uno sintiera la magnificencia de nuestro trabajo, nuestras vidas diarias, el material del universo de Dios y lo que hicimos con este, cómo lo usamos….
“El construyó un nuevo apostolado. Se acercó a los más pobres y a los más desposeídos, viviendo siempre en medio de ellos, compartiendo su pobreza y compartiendo con ellos lo que él tenía…
“Yo sé esto…. Que cuando las personas entran en contacto con Peter…. cambian, se despiertan, comienzan a ver, las cosas parecen como nuevas, ven a la vida con la luz de los Evangelios. Estas personas admiten la verdad que él posee y que guía su vida, y aunque ellos mismos fallan en seguir todo el camino, por lo menos están enfocadas en la luz.”
Fue un infortunio que Peter, quien vivió la pobreza que el admiró de san Francisco, haya adquirido la imagen de un vago, aunque de hecho, era un intelectual brillante y uno de los hombres más instruidos de su época. Su compromiso con la pobreza santa hizo que se vistiera zarrapastrosamente (aunque eran una chaqueta andrajosa y una corbata en vez de un par de pantalones de mezclilla), lo cual oscurecía su grandeza. El reunió los conceptos profundos que fueron el fruto de sus muchos estudios, y los escribió como versos libres, en una muy a menudo forma humorista, que el hermano de Dorothy llamó “Easy Essays” y que, desde entonces, han sido llamados así. Dorothy señaló que Peter sabía muy bien que, a pesar del nombre que se les había dado, “sus escritos eran todo, menos fáciles. Como aquellos del Evangelio, los suyos fueron expresiones difíciles—difíciles de llevar a cabo en la vida diaria”
Peter fue un líder temprano en el area de agricultura sostenible. Como dijo Francis Sicius: “A varias personas, las granjas del movimiento Trabajador Católico siempre permanecían una manifestación de las exentricidad de Peter en lugar de su gran talento. Nada puede ser más lejos de la verdad.”
Dorothy y Peter adoptaron una teología de la encarnación que reconoce la divinidad y la humanidad de Cristo, y vivieron las implicaciones de esta teología y espiritualidad. Como Dorothy escribió acerca de Peter, en el Trabajador Católico de mayo de 1977: “Mientras que él denigraba al secularismo (la separación de lo material de lo espiritual), su énfasis como hombre laico estaba en nuestras necesidades materiales, que son nuestra necesidad de trabajo, comida, ropa y albergue. Aunque Peter se confesaba una vez por semana, comulgaba todos los días y contemplaba una hora al día al Santíssimo Sacramento ….estaba lidiando con este mundo, en el que Dios nos ha situado con el propósito de trabajar por un nuevo cielo y por una nueva tierra donde reine la justicia”.
Muchos entendieron y apreciaron la santidad y la genialidad de Peter. Mel Piehl cita a Maisie Ward, esposa de Frank Sheed y cofundadora de la casa editorial de Sheed y Ward, recordando a Peter: “A primera vista, Peter Maurin pasa desapercibido, aunque quizás el fuera la mayor inspiración de la América Católica de nuestra generación”. Arthur Sheehan escribió sobre varios comentarios hechos acerca de Peter, de gente de su época, que lo conocía muy bien. El Cardenal Cardijn, fundador del movimiento JOC de trabajadores jóvenes, dijo de él que su pensamiento es el “espíritu puro” de los Evangelios”. El Padre Wilfred Parsons, SJ, editor de la revista América dijo en una ocasión que Peter Maurin era el “hombre más instruido que él había conocido”. John Moody, de Moody’s Investors’ Service , describió una de sus reuniones con Peter así:
“Cualquier persona que hubiera conocido a Peter sabe que en el momento en el que él comenzaba a hablar, uno se sentía estremecer. Si tu estás recostado en una cómoda silla y él comienza a hablar, en menos de cinco minutos te encontrarás erguido, sentado en la silla. El puede hacer que tu cerebro, en una hora, aprenda a alta velocidad muchas más verdades que lo que cualquier persona normal pueda enseñarte en una semana…….
“Su tema era la justicia social. El me facilitó, dentro de otras cosas, un extracto de la encíclica del Papa Pio XI, del Año cuadragésimo , que en esa época no pude asimilar. Pero Peter si lo asimiló y me aclaró en tal forma sus contenidos, que después de un corto tiempo pude no solo dar una breve charla sobre esto a un pequeño grupo de engreídos de Wall Street, sino que realmente pude informarles acerca de algunas cosas que ellos aun no conocían.”
Peter, el mayor de 21 hermanos, nació el 9 de mayo de 1877, en Languedoc, en el sur de Francia, donde su familia era dueña de un terreno. Su madre falleció cuando él y su hermano eran pequeños y su padre se volvió a casar. La madrastra de Peter fue una madre para el. Allí creciendo en la granja de su padre, aprendió de respetar la tierra y saber de agricultura. Fue en su casa y en su pueblo, y especialmente con el ejemplo de su padre, que Peter tuvo su formación en la fe católica, así como también con los Hermanos de La Salle, conocidos como los Hermanos Cristianos. Siendo adolescente fue a un colegio de los Hermanos de La Salle y después entró como novicio y enseñó varios años con ellos. El trabajo de los Hermanos Cristianos en Francia era especialmente la enseñanza a niños pobres. El fundador fue un innovador educacional y Peter aprendió de los Hermanos sobre métodos educativos. Con base en estos métodos fue que Peter desarrolló su propio estilo de enseñanza y de escritura, usando lenguaje simple y definiciones claras para expresar principios importantes. El también aprendió de los Hermanos, que el ejemplo personal del profesor viviendo el evangelio era la clave del método de enseñanza: Como dijo Arthur Sheehan en su libro sobre Peter, “Los Hermanos de La Salle estaban firmemente vinculados a las ciencias teológicas, dogmáticas y morales. Para ellos, la educación era mucho más que conocimiento… La necesidad del sacrificio podía ser enseñada mediante el ejemplo personalista del profesor”.
Peter aprendió mucho sobre la tradición de la Iglesia y sobre carismas particulares de lo que debió haber sido un noviciado sobresaliente de los Hermanos Cristianos. Ahí, san Felipe Neri fue presentado como un modelo de feliz ascetismo. Mucho más adelante, Peter comparó sus discusiones, las que tenia con cualquiera que lo escuchara, con “conversaciones fáciles acerca de asuntos importantes” de Felipe Neri. Peter escribió en un Easy Essay, sobre estas conversaciones fáciles,
Conversaciones Fáciles
acerca de asuntos importantes
harán que la gente
no vaya a cine,
no hable de política,
no haga chistes vulgares.
Conversaciones Fáciles
acerca de asuntos importantes
permitirá a los católicos
entender el Catolicismo,
dar una comprobación de su fe,
y despertar en los no católicos,
curiosidad sobre el catolicismo
El Trabajador Católico fue y es un movimiento laico sin status oficial en la Iglesia y sin liderazgo formal definido. Como Peter dijo después, “Somos un organismo, no una organiza-ción”. Más adelante, mientras las Casas de Hospitalidad del Trabajador Católico crecían en otras ciudades, cada casa era autónoma, aunque ligeramente afiliada al movimiento en la Ciudad de Nueva York. Sheehan citó a Peter diciendo que “cada casa debe mantenerse o derrumbarse por sus propios méritos. El no quería control central, no quería votos”. Esto era similar a las palabras de san Felipe Neri, cuyos afiliados al Oratorio no eran muy organizados: “Dejemos que cada casa viva por su propia vitalidad o perezca por su propio decaimiento,” dijo san Felipe Neri. Peter también creía, que la Casa de Hospitalidad individual debería tener éxito o fallar dependiendo del espíritu que la esté impulsando.
Durante el tiempo que estuvo enseñando en diferentes lugares de Francia, incluido Paris, y a menudo en áreas pobres, Peter vio, con sus propios ojos, la pobreza de los obreros en contraste con la mucho más grande riqueza de los pocos. Esto aconteció en la época de la revolución industrial, cuando tanta gente se estaba desplazando de las granjas a las ciudades y se les pagaba poco por trabajar quince horas al día.
El empezó a reflexionar sobre las preguntas que se habían generado en su mente, y a participar en los grupos de estudio que se estaban popularizando, grupos que buscaban la formación de apóstoles laicos que ejercieran una acción cristiana en el mundo. Un movimiento laico en Francia que empleó esta técnica de “grupo-de-estudio”, llamado Le Sillón, fundado y dirigido por Marc Sangnier, estaba dedicado a la formación de cristianos responsables, quienes unirían a trabajadores y estudiantes en una democracia. Siendo aun un Hermano Cristiano de La Salle, Peter se involucró en Le Sillón, y eventualmente decidió dejar la orden antes de hacer sus votos finales y se unió al movimiento, el que más tarde iba a influir en su visión del Trabajador Católico. Su idea de dejar la orden quizás estuvo afectada por el hecho de que en Francia, en ese tiempo, el gobierno había cerrado miles de colegios religiosos para niños. Parecía que los Hermanos Cristianos, como otras órdenes cuyos colegios ya habían sido cerrados, no podrían continuar enseñando. 40
Peter rentó un cuarto en un área pobre de Paris. Vendió el periódico de Le Sillon, L’Eveil democratique (El Despertar Democrático) en reuniones, en las calles, y en frente de las iglesias, tal como después El Trabajador Católico fue vendido en las calles. Sheehan escribió acerca de los elementos de Le Sillon que eran similares a los del Trabajador Católico, donde no se requería un compromiso a largo plazo para participar en el movimiento: “No había inscripción, ni cuotas, ni reglas, ni elecciones. Uno podía entrar y salir libremente. Nadie recibía un salario, pero había auxilios para las necesidades personales. Los más idóneos llegaron a liderar no por elecciones, sino por la evidente fuerza de su conocimiento y su personalidad”.
En forma similar, la participación en el movimiento del Trabajador Católico, no era necesariamente una vocación permanente. Para algunos, era una vocación de por vida. Otros iban por pocos días, pocas semanas, pocos meses o pocos años para unirse al trabajo. El Trabajador Católico llegó a ser, como Le Sillon había sido, cierto sitio de entrenamiento para vivir el Evangelio. Años después, Dorothy Day, describió esta característica del movi-miento del Trabajador Católico: “Los que tuvieron una verdadera vocación por este trabajo de amor, simplemente com-partiendo lo que tuvieron, perseveraban como dice el dicho, contra viento y marea. Los que no, era una escuela para ellos, un ejercicio que solo podían aprender haciéndolo. Aun tenían que encontrar su propia vocación. No obstante, como un acto de amor, es de valor incalculable”.
Miller estableció que una de las grandes semejanzas entre Le Sillon y el Movimiento del Trabajador Católico era su rechazo al espíritu burgués “y especialmente a su presencia en la Iglesia Católica”.
Peter Maurin se retiró del movimiento Le Sillon cuando el movimiento se volvió político y debido a que, como Sheehan indicó, su aprendizaje no era suficientemente pro-fundo. Retirado de ese movimiento y sintiéndose cada vez más incómodo con las continuas llamadas para participar en el servicio militar obligatorio, Peter consultó con su familia y se mudó a Canadá, al campo, simultáneamente, con una masa de inmigrantes franceses. Después de vivir allí aproximadamente dos años, se fue a los Estados Unidos, y como muchos otros inmigrantes indocumentados, trabajó como obrero en la industria de la construcción y en la industria minera. En esa época, él experimentó una segunda y profunda conversión. Después, se mudó a Nueva York y trabajó como profesor de francés.
Después de un tiempo, Peter dejó de cobrar por sus lecciones de francés y les pidió a sus estudiantes que solo donaran lo que ellos consideraran era el valor de las clases. Comenzó a escribir Easy Essays y a formular su programa. En esa época, Peter no solamente rechazó trabajar por dinero, aceptando solo las donaciones de sus estudiantes, sino que también se vistió con ropa donada. Como dijo Sheehan, ” El comenzó a darle menos importancia a su vestimenta desde su paso por Chicago, de donde hay una foto suya vestido con estilo. ” Cuando un estudiante, sutilmente le sugirió vestirse mejor, Peter respondió, “No quiero despertar envidia. ”
Peter comenzó a dictar charlas acerca de sus ideas, en las iglesias y en el Club Rotario y un sacerdote publicó Easy Essays en el boletín de la parroquia. Otro sacerdote, el Padre Joseph B. Scully, se interesó en las ideas de Peter, le proporcionó un lugar para alojarse por cinco años, y tuvo muchas pláticas con él acerca de su visión. Más adelante, Peter fundó El Trabajador Católico junto con Dorothy Day. El Cardenal Hayes averiguó al Padre Scully acerca de Peter, y este respondió: El conoce su trabajo.
Fue George Shuster, el editor del Commonweal en esa época, quien le sugirió a Peter que contactara a Dorothy Day. Cuando Peter visitó Common-weal por primera vez, los empleados estaban muy ocupados imprimiendo la revista. John Brunini, un asistente, pensó en ser útil deshaciéndose de él. El alto aprecio que Schuster tenía por Peter se manifestó cuando reprendió a su asistente diciéndole: “Tú debes atenderlo; puede ser que estará brindando hospitalidad a un ángel”. Dorothy manifestó que probablemente no habría tomado en serio a Peter si ella no hubiera ido a Washington, D.C. a cubrir la marcha de hambre y rogado luego ante el cripta de la Basílica Nacional de la Inmaculada Concepción a favor de encontrar un camino para unir su fe a sus preocupaciones por la problemática social, que con frecuencia había manifestado antes de su conversión. Tampoco ella hubiera contestado a Peter si ella no hubiera leído las vidas de los santos “canonizados y aun sin canonizar, San Juan Bosco y Rose Hawthorne, por ejemplo. Probablemente habría oído, pero hubiera continuado escribiendo antes que actuar”. Sin embargo ella escuchó y comenzó a actuar en el programa de Peter.
Peter escribió poemas en prosa de su pensamiento y sus reflexiones de tantos libros que él leyó, que han sido llamado Easy Essays. Uno de los más conocidos se trata del testimonio de cristianos que viven su fe haciendo las Obras de Misericordia personalmente con un sacrificio personal:
En los primeros siglos
de la cristiandad
el hambriento fue alimentado
con un sacrificio personal,
el desnudo fue vestido
con un sacrificio personal,
el desamparado fue protegido
con un sacrificio personal.
Y porque el pobre
fue alimentado, vestido y protegido
con un sacrificio personal,
los paganos decían
de los cristianos:
“Miren como se aman los unos
a los otros.”
Por su vida y su enseñanza, Peter Maurin fue uno de los testigos más fieles de las Obras de Misericordia.
Lo que Peter enseño y lo que los del Trabajador Católico han vivido viene de la fé y de la tradición de la Iglesia primitiva, de los profetas de Israel y los Padres de la Iglesia, igual como del Evangelio.
Peter no creía que los católicos tenían que preocuparse por descubrir una nueva fórmula para curar los males del orden socio-económico. La fórmula ya estaba presente dentro la tradición católica si los católicos estaban dispuestos a vivir de acuerdo a los principios que ellos profesaban en su fé.
El acto central de la vida de devoción
en la Iglesia Católica
es el Santo Sacrificio de la Misa.
El sacrificio de la Misa
es la repetición sin sangre
del sacrificio sangriento de la Cruz.
En el Calvario,
Cristo dio su vida para redimir al mundo.
La vida de Cristo fue una vida de sacrificio.
La vida de un cristiano debe ser
una vida de sacrificio.
No podemos imitar el sacrificio de Cristo
en el Calvario
tratando de adquirir todo lo que podamos.
Solo podemos imitar el sacrificio de Cristo
en el Calvario
tratando de dar todo lo que tenemos.
Dorothy escribió en el Trabajador Católico de mayo de 1977, que con la muerte de Peter, “se publicaron obituarios no solo en El Trabajador Industrial , un periódico I.W.W de Chicago que estaba en la lista de subversivos, sino también en L’Osservatore Romano de la Ciudad del Vaticano, el cual publicó la noticia en primera página”. La revista Timedescribió su funeral:
“Vestido con un traje de segunda mano y enterrado en una tumba donada, los restos mortales de un hombre pobre fueron sepultados la semana pasada. Estas disposiciones fueron apropiadas; durante la mayor parte de su vida, Peter Maurin no había dormido en camas que fueran suyas ni se había puesto un traje de segunda que alguien no le hubiera regalado. Pero a su funeral, dentro de la aglomeración de carretillas repletas de arrabales del bajo Manhanttan, el Cardenal Spellman mandó su propio representante. Había curas representando muchas órdenes católicas y había seglares, ricos y pobres, de lugares tan alejados como Chicago. Durante toda la noche, antes del funeral, ellos visitaron el desvencijado lugar donde descansaba el cuerpo, para hacer una oración o para acercar sus rosarios a las manos enlazadas. Muchos de ellos estaban seguros de que Peter Maurin era un santo.”
Dorothy seguía muchos años en el movimiento después de que Peter falleciera. Ella reflexionó que Peter le trajo la alegría y las calidades que dan vida de las Obras de Misericordia. Ella dijo, “El nos ha traído a Cristo en el rostro de los pobres tan seguramente que la Madre de Jesús le trajo a Cristo a Isabel.”
Francis Sicius escribió: “Es absolutamente cierto que sin Dorothy Day no hubiera existido el Trabajador Católico, pero también es cierto que sin la influencia espiritual de Peter Maurin, no hubiera existido una Dorothy Day con la perspectiva capaz de crear aquel movimiento”.
Por eso, preguntamos, ¿Por qué solamente estamos trabajando hacia la canonización de Dorothy Day? ¿Por qué no incluimos a Peter Maurin, como con frecuencia han hecho en la Iglesia con la canonización de dos personas que juntos han fundado movimientos o órdenes religiosos? Ejemplos destacados son san Francisco de Asís y santa Clara, san Vicente de Paúl y santa Luisa de Marillac, y san Francisco de Sales y santa Juana de Chantal.
Trabajador Católico de Houston, Vol. XXX, No. 3, mayo-julio 2010.