El tumor canceroso desapareció por la intercesión de Dorothy Day
Sarah Maple de Antlers, Oklahoma, visitó recientemente Casa Juan Diego acompañada por Richard Fossey y su esposa Kim. Ella nos compartió la historia de la cura de su tumor cerebral canceroso a través de la intercesión de Dorothy Day. Se iluminaba conforme recordaba estos acontecimientos.
Fue Richard Fossey quien le pidió a Dorothy sus oraciones y su poder sanador para Sarah. El escribió al Houston Catholic Worker cuando comenzó sus oraciones y nosotros publicamos su carta en la edición de diciembre 2009.
Sarah y el matrimonio Fossey vinieron a Casa Juan Diego por el motivo de la reciente visita de Martha Hennessy, una de las nietas de Dorothy Day.
Richard, quien creció en Oklahoma y después vivió en Houston, fue un voluntario en Casa Juan Diego antes de mudarse al área Dallas. Actualmente es un profesor en la Universidad de North Texas, y es el editor de la revista, Catholic Southwest. Richard cree que la canonización de Dorothy sería crucial para la Iglesia Católica de los Estados Unidos.
Por Sarah Maple
El 15 de mayo del 2009, un neurocirujano en la Clínica Mayo me dijo, “Usted tiene un promedio de dos años de vida.” Después me pre-sentaron a “mi” neuro-oncólogo. Esto es algo que no quieres- tu “propio” neuro-oncólogo. La biopsia de mi tejido cerebral mostraba que tenía un glioma nivel III. Empecé con el protocolo del tratamiento – 33 sesiones de radiación directo a mi cerebro y quimioterapia. Al final del tratamiento, el doctor no estaba seguro, por los efectos de la radiación, si el tumor estaba creciendo o no, pero a su juicio sí estaba creciendo.
Mientras estaba recibiendo el tratamiento antes men-cionado, Mayo comenzó una prueba clínica que combinaba Avastin (una sustancia aprobada para cáncer pero no para cáncer en el cerebro) y otras sustancias para tratar esta enfermedad. Inicié con el tratamiento de prueba en octubre del 2009 y continué hasta agosto del 2010. Interrumpí el tratamiento porque el Dr. Jan Buckner so sólo pensaba que el tumor había dejado de crecer, sino que había desaparecido.
Poco tiempo después de mi diagnóstico en 2009, había decidido contactar a un viejo amigo, el Dr. Richard Fossey. Ambos crecimos siendo protestantes en un pequeño pueblo en Oklahoma. Leí que se había convertido al catolicismo y sentí la necesidad de contarle que no me quedaba mucho tiempo de vida. Después de escuchar la noticia, Richard comenzó a rezarle a Dorothy Day.
Hacia finales del 2010, los doctores de la clínica Mayo comenzaron a decirme que el tumor había dejado de crecer. En junio del 2011, comenzaron a decir que había “desaparecido”. En agosto del 2011, me dijeron que no sólo ya no había crecimiento en el tumor, sino también que el hueco de la cicatriz se “estaba colapsando y retenía menos tinte.”
Otros que estaban recibiendo Avastin en el tratamiento de prueba, o han muerto o ahora se encuentran en un hospicio. Todos han sufrido disminución o terribles pérdidas de la vista, la audición, la movilidad, la comprensión y del proceso del pensamiento. Fuera de algunos lapsos de memoria, “bloqueos del pensamiento” y algo de fatiga, yo estoy funcionando completamente y me siento estupendo. Trato de enfrentar cada día con alegría y agradecimiento.
Gracias Dios, Dorothy Day y Richard Fossey.
Trabajador Católico de Houston, noviembre-diciembre 2011