Nosotros cuando salimos de Ciudad Hidalgo, salimos cinco hombres y cuatro mujeres. Decidimos venirnos a pie cuando en el camino nos salieron cinco hombres armados allí en Tapachula a la hora cero. Les quitaron el dinero y abusaron de las mujeres. Entonces los cuatro que venían con ellas a tres mataron y a una lo balaciaron y las dejaron desnudas con la ropa en un pantano de agua. Eso se miraba lastimoso y el otro salió corriendo a avisar, cuando les disparó. La policia a los ladrones no les hacia nada.
A uno que viene de Centroamérica, sí lo molesta demasiado. Los golpea y les quita el dinero ellos mismos. Enconces uno viene a puro riesgo por ese camino tan grande de cruzar. Cuando uno llega a frontera, llega cansado de tanto sufrir en Méxio.
La verdad es que también hay mucha gente buena en México que le da comida y todo, o nunca se podía pasar.
De allí uno se cuida de la Migración para cruzar al otro lado. Es muy duro. Pero cuando Dios decide él lo cuida. Entonces llegué a Houston. Allí hay una casa católica que le ayuda y le cuida bien a uno.
Gracias a Dios que ayuden a los inmigrantes con mucho amor y cariño.