Acabo de leer una reseña del informe Kinsey que apareció en la edición de la primavera de Politics … Aquí hay algunos de mis reflexiones sobre el libro.
En primer lugar, recuerdo como se me cruzó la Patología Sexual de Havelock Ellis a la edad de diecisiete, en el hogar de un profesor de la Universidad de Illinois, donde yo trabajaba, ahí, durante mi estadía – en la limpieza, la cocina, y el cuidado de los niños – pagando por la casa y la comida. Fue un choque feo para mí. Yo había sido tan conocedora como la mayoría de los niños, especulando sobre cosas de sexo en una temprana edad. (Yo recuerdo haber hablado del sexo cuando tenía seis años.) Uno podría decir también que una fea marea surgió en mi, una marea venenosa, una obscuridad del mal … El Dr. Von Hildebrand escribe sobre la fascinación venenosa del sexo, su seducción mortal en el abstracto. Lo sentí entonces en su más terrible forma, y no había belleza en ello, ni amor, pero era como el desenroscar de una sórdida serpiente en mi pecho, Estas podrían ser formas extremas para expresarme, pero estoy segura de que a veces he tenido esta conciencia del mal en todos nosotros como una negación, como en la ausencia del bien, como una obscuridad, una visión momentánea del infierno “donde habita el interminable horror en desorden.”
En una depresión física, después de una enfermedad, después de un exceso físico, hay sentimientos de culpa en todos nosotros, estoy segura, y aun aquellos que niegan esta conciencia la sienten. Me pregunto porque ese mismo testimonio de culpa en todos nosotros no es un testigo contra tales libros como el de Kinsey. Pero por supuesto, hoy en día ellos están tratando de hacer que la gente se sobreponga a esos sentimientos de culpa, de callar a sus conciencias. Cuando somos niños chiquitos, nuestras conciencias nos indican el bien y al mal, y bien sabemos cuando escogemos el mal. El problema con el informe Kinsey es que hace que la gente cese de considerarse a sí mismos como el menos de todos, como el más culpable de todos como dicen los santos que debemos hacer, y en vez decimos, “Yo soy tan bueno como es él” o “El es tan malo como yo, y de hecho mucho peor.” Y nos comparamos con otros en vez de con Dios, horizontalmente en vez de verticalmente. Cristo dijo, “Sean por lo tanto perfectos, como su Padre Celestial es perfecto.”
San Pablo dijo, “Dejen que estas cosas no sean ni por tanto mencionadas entre ustedes.” Y también el dijo, “Cualesquiera que sean las cosas buenas y verdaderas y bellas y castas, y de buena reputación, piensen en estas cosas ” y la lección para la cuaresma es, “Si usted se ha levantado con Cristo, busquen las cosas que están arriba. Dice la gente, “Pero lo ayuda a uno, a guiar y guardar a sus hijos al conocer estas cosas. No pueden ser ustedes como las avestruces con la cabeza en la arena. Ustedes tienen que conocer estas cosas sin importar cuanto les hagan sufrir (o de lo que le hagan a usted en forma de choque)”.
“Todo el camino al cielo es cielo,” dijo Santa Catalina de Siena, por que El dijo, ‘Yo soy el camino.'” Tenemos muchos ejemplos del infierno y el informe de Kinsey es uno de ellos.
La unión del matrimonio siempre me ha parecido a mi como una sombra terrestre da la Santa Trinidad. Como es el amor del Padre y el Hijo es el del Espíritu Santo, la unión del hombre y la mujer produce un niño; la familia es una pequeña trinidad de amor.
Algunos escogen el mal por que no han visto el bien, y yo mismo podría escribir un pequeño informe Kinsey de pecado y daño y desdicha en la vida de los que conozco quienes nunca aprendieron a traer gracia en la esfera del sexo. Aquellos que suprimen el sexo equivocada-mente, que odian la carne, o se vuelven neuróticos mojigatos o caen en el extremo opuesto del exceso. Aquellos incapaces o reacios de aceptar las actitudes de lo convencional y la burguesía puritana son fácilmente traicionados por esa “fascinación venenosa” de la que escribe el Dr. Hildebrand. Ellos empiezan el descenso del Ángel Sombrío, a través del misticismo del Mal, solo la mitad sabe lo que está haciendo. Las novelas de Aldous Huxley, quien desnuda salvajemente la fascinación, son el mejor antídoto. Yo conozco este tipo de veneno y estaré siempre agradecida que las llegué a leer en mi juventud. Pero él, a su vez, es un Maniquí sin compasión por esta querida carne.
Para una mejor visión de una vida cristiana, los mejores libros que he tenido la suerte de ver son Life Together por Wingfield Hope (que re leí frecuentemente por su visión – por su verdadero idealismo y sentido común refrescante); In Defense of Purity por Dietrich Von Hildebrand, Love in the Western World por Denis de Rougemont; la Encíclica sobre el Matrimonio Cristiano por al Papa Pío XI y la Misa Nupcial en el Misal.
Hay tales tesoros de sabiduría y belleza dentro de la Iglesia – tesoro escondido. ¨¿Recuerdan como Peter Maurin andaba diciendo que sobre el asunto del sexo la Iglesia Católica era infalible? El estaba citando algún doctor de Mineapolis o Chicago.
Reimpreso y traducido de On Pilgrimage de Dorothy Day (1948; Eerdmans, 1999)