Hay diferentes opiniones sobre la nueva ley sobre la reforma de salud, pero la realidad es que todavía harán muchos sin acceso a tratamiento y cuidado de su salud. Los inmigrantes, hasta algunos inmigrantes legales, están especificamente excluídos.
Necesitamos su ayuyda para continuar los servicios médicos en nuestras clínicas.
Las clínicas de Casa Juan Diego y Casa María, donde doctores voluntarios ayudan a los más necesitados, serán más importantes que nunca, y vamos a necesitar la ayuda de nuestros lectores para vendar heridas, ayudar a diabéticos a sobrevivir sin perder su vista o piernas o brazos, prevenir derrames cerebrales e infartos, ayudar a niños y adultos asmáticos a respirar mejor, y tratar una variedad de otras enfermedades. Algunos diabéticos, por ejemplo, han tenido diabetes descontrolado y antes no podían pagar el costo cuidado médico. Cuando llegan a nuestras clínicas, nuestros doctores recetan medicamentos par su diabetes, pero frecuentemente ya es tarde y ya están dañados sus órganos, como los riñones. Otros pacientes vienen con dolor de garganta, mal de orín, dolor de espalda. A veces nuestros trabajadores inmigrantes han tenido que trabajar en la hiedra y vienen a la clínica con grandes erupciones en la piel.
Estamos muy agrecidos al Distrito del Hospital del Condado de Harris por su cuidado de emergencia y por recibir a las personas que son las más enfermas. Rezamos que sus servicios continuarán. Si no, tragedias y desastres ocurrirán.
En todo caso, el Distrito no acepta a inmigrantes indocu-mentados que una vez hayan tenido una visa.. Hay pocas alternativas para ellos cuando necesitan tratamiento más grande o complicado que nuestras clínicas pueden dar. La Clínica San Jose de la Arquidiócecis es un recurso importante para los que no califican para otros servicios.
En las clínicas de Casa Juan Diego contratamos con centros diagnósticos para exámenes de laboratorio y radiografías, tan importante para diagnósis y tratamiento. Para los que no pueden comprar medicina, nosotros ayudamos con las medicinas.
Dorothy Day y Peter Maurin nos han dejado el legado de personalismo, sirviendo per-sonalmente al pobre, al enfermo, al herido. Por eso, tenemos clínicas alternativas. Invitamos a nuestros lectores a participar en este trabajo, contribuyendo.
Necesitamos su ayuda en comprar medicinas y pagar el costo de las exámenes diag-nósticos para tantos que no pueden recibir ayuda médica en otras lugares.
Trabajador Católico de Houston, Vol. XXX, No. 3, mayo-julio 2010.