Al principio de abril en las gradas de una de las primeral misiones franciscanas (fundada por extranjeros) un obispo católico romano denunció el tratamiento de sus compañeras inmigrantes. El estaba respondiendo al arresto y deportación de muchos inmigrantes, especialmente madres y padres de hijos.
El Obispo Auxiliar de San Francisco, Ignatius Wong, nacido en Beijing, dijo, “No pienso que la manera en que ellos han implementado la ley es justo o moral o tolerable, especialmente para los niños.” El obispo no tenía problemas con un país protegiendo sus fronteras, pero si, tuvo problemas con tatar injustamente a seres humanos: “Si ellos tratan a los seres humanos injustamente, no está correcto.”
De la misma Arquidiócesis George Wesolek reportó que las redadas que agarraron a personas hechas al azar han creado una atmósfera de miedo en las colonias hispanas. Dijo Wesolek, “La comunidad inmigrante que trabaja en nuestro lado, vive cerca de nosotros, asiste a la iglesia con nosotros, y manda sus hijos a nuestras escuelas está terrorizada y está viviendo en dolor.
Mary Doyle, coordinadora de justicia social para la Diocesís de Oakland, California, describió el miedo que corre por la comunidad inmigrante: “Estará en casa mi mamá cuando llegue?” Este es lo que preguntó una niña de un colegio católico, expresando su miedo que su familia estará separada.
Estas personas estaban respondiendo a una serie de redadas en el norte de California y la manera en que los llevaron a cabo.
Nueva guerra de terror
En muchas partes de los Estados Unidos se están deportando personas de sus lugares de empleo, de sus casas. Patrones, empleadores, que los quieren y necesitan, dieron la bienvenida a estos inmigrantes en EUA. Nuestra economía depende en trabajadores inmigrantes. Investigaciones recientemente publicadas (vea el último número de este periódico) muestran que trabajadores inmigrantes ayudan a que crezca la economía y suba el salario de todos los trabajadores.
La prensa en Michigan ha estado reportando que las parroquias allí han perdido la mitad de sus feligreses cuando tantos refugiados de Albania han sido deportado. Algunos de estos refugiados dijeron que tenía papeles diciendo que ellos podrían quedar en los EUA.
En muchas de estas situaciones familias han sido destrozadas. Cuando agararron a los padres durante el día, no había nadie para recoger los niños de la escuela o de donde los estaban cuidando. Han separado cientos de niños de sus padres y han dejado a ancianos solos.
Univisión reportó que cuando 360 personas, la mayoría mujeres de Centromérica, estaban detenidas en una redada en Bedford, Massachusetts, no les dieron ninguna oportunidad de buscar a quien cuidaría a sus hijos. Dejaron atrás a más de 140 niños en escuelas, guardarías o con vecinas que no estaban preparadas para sostenerlos.
María Salinas de Univisón reportó que algunos de los niños tenían condiciones médicas que requerían atención especial. Y un bebé de siete meses que estaba tomando pecho tuvo que estar internado en el hospital para deshidratación porque rehusó tomar la fórmula que le dieron cuando su mamá estaba en detención. Trabajadoras sociales de Massachusetts viajaron a Texas para visitar a centros de deportación y implorar que las mamás estarán reunidas con sus hijos.
Tácticas de terror en Houston
Se están usando tácticas de terror conta los inmigrantes también en Houston.
Ayer, como tantos otros hacen cada día, una madre vino para pedir ayuda. Los dueños habían cambiado el candado de su departamento por no pagar la renta. Ella pidió ayuda para pagar la renta, explicando que habían deportado a su esposo hace un mes. Esta madre había consultado con el doctor y le dijeron que probablemente estaba teniendo un derrame y necesitaba estar internada en el hospital. Pero ella no pudo ir al hospital porque sus tres hijos estarían solos. Ella está tomando medicina para el dolor y un anticoatulante.
Nosotros platicamos con ella para entender mejor su situación, sus opciones para el futuro. Aprendimos que la familia entera había salido de Guatemala hace un año para venir a los Estados Unidos cuando amenazaban a su hijo mayor si no se unía en una pandilla peligrosa. Lo golpearon dos veces. Nosotros preguntamos, quiere usted regresar a Guatemala para estar con su esposo? Pues, este es difícil. Tengo miedo que matarán a mi hijo como el otro jóven de la vecindad que rechazó ir con la pandilla.
Otra madre con hijos chiquitos vino para pedir ayuda porque deportaron a su esposo. No había ningún ordén de deportación para este marido. El Servicio de Inmigración había llegado a los departamentos para buscar a otra persona con tal orden, y simplemente fueron puerta a puerta a encontrar a otros indocumentados. Una de nuestras Trabajadoras Católicas comentó, “No saben los oficiales que este es totalitarismo? Es como con los peores dictadores cuando van a las casa en medio de la noche a sacar a la gente.” Hay tantas familias destrozadas por estas redadas. Más que 18,000 trabajadores valiosos han sido detenidos y encarcelados, separados de sus familias por esta campaña.
Un hombre desesperado por trabajo cuyo hijo está paralizado miró cuando ofreció trabajo a un grupo de jornaleros, prometiendo $8 la hora. El no fue, y se consideró afortunado, porque era un truco de Inmigración.
En nuestra sociedad y en la sociedad globalizada donde tener es mucho más importante que ser, y velócidad e inovación y éxito material son las cualidades más valorados, se consideran a estas personas a ser nadie, ser desachables. Pero, para los que llegamos a conocerlos, son seres humanos, hecho en la imagen y semejanza de Dios, con corazones, con las mismas preocupaciones de los de la clase media—sobre sus esposos, sus hijos—aunque ellos hacen errores a veces como todos nosotros.
¡No! a otro programa bracero
Los que quieren imponer otro programa bracero (ahora llamndolo un programa de huéspedes trabajadores) en lugar de una reforma migratoria, no están ayudando de ninguna manera a los inmigrantes, sino haciendo todo peor. El programa original bracero solamente permitió que los trabajadores quedaran aquí poco tiempo y tuvieron que regresar a su país. No les dio ningúna oportunidad para traer a sus familias ni empezar el proceso para ciudadanía. Un programa bracero explota al trabajador por algunos años y le deja a él o ella sin un futuro en este paía o el suyo.
En nuevas propuestas de ley el gobierno se puede convertir en coyote
El plan para insistir que 12 millones de inmigrantes indocumentdos tengan que regresar a sus países y pagar $10,000 por cada miembro de la familia ante de regresar es un asalto en la dignidad de tantos de cuyos trabajo hemos aprovechados por muchos años. Ninguna familia lo va a poder hacer. Esta propuesta convertirá al gobierno de EUA en un coyote más caro y tan cruel como los coyotes crueles que operan hoy en día.
Las campañas animando a la gente a odiar a inmigrantes son racistas, como eran las campañas del Ku Klux Klan en los 1920’s y las leyes controlando trabajadores del siglo 19 que aseguraron que los trabajadores chinos en California estarían tratados más como esclavos que como personas.
La associación de consructores de edificios en Houston ha empezado una campaña para una reforma migratoria comprensiva de verdad porque necesitan tanto a los trabajadores. Los Obispos Católicos han estado recomendando esta reforma por varios años. La propuesta de ley Kennedy-McCain (de los dos partidos políticos) en el Senado el año pasado contenía los elementos básicos de una reforma migratoria que trataría a los trabajadores como seres humans y al mismo tiempo beneficiará a los negocios de EUA.
Trabajador Católico de Houston, Vol. XXVII, No. 3, mayo-junio 2007.