Tratando de pensar en donde empezar nuestras reflexiones sobre la muerte del Santo Padre Papa Juan Pablo II, recordamos que Dorothy Day puso el siguiente encabezado en El Trabajador Católico cuando Papa Pio XI murió: “Nuestro querido Cristo en la tierra ha muerto.” Ella prestó la frase de Santa Catalina de Siena, a quien ella y Peter Maurin admiraron. En esta manera Santa Catalina había hablado del Papa: “Nuestro querido Cristo en la tierra.” Por esta frase elle quiso decir que el Papa representa a Cristo, que el Papa es su representante en la tierra. (Catalina tampoco ducó en dialogar con los Papas.) Aunque la Iglesia ha cambiado recientemente este titulo.)
En el momento en que íbamos a imprimir este número para conmemorar a Papa Juan Pablo II, eligieron a un Papa nuevo.
Es nuestra esperanza que el nuevo Papa Benedicto XVI continúe la tradición y la política de Juan Pablo II referente a los migrantes, refugiados, a la guerra y la economía global.
Juan Pablo II nos animó en nuestros esfuerzos para responder a la gente en movimiento, destacando no solamente nuestra opción para servir a las víctimas de guerra y de la inadecuada economía, sino también nuestra responsabilidad como seguidores del nazareno.
Es alentador recordar como el Cardenal Ratzinger (ahora Papa Benedicto XVI) se unió con Juan Pablo II en su oposición a la guerra contra Irak.
El nuevo Papa enfrenta muchos desafíos. Tenemos la esperanza de colaborar con él en traer paz al mundo y a los pobres.
Trabajador Católico de Houston, Vol. XXV, No. 4, edición especial 2005.
