Escuchamos la notica con alegría que Juan Diego ha estado aprobado en el paso final del proceso de la santidad en la Iglesia Católica. Nombramos Casa Juan Diego a la primera casa del Trabajador Católico en Houston y como más casas fueron abiertas a través de los años, el nombre “Casa Juan Diego” llegó a ser una sombrilla para todos.
¿Por qué Juan Diego?
Por qué escogimos a Juan Diego como nuestro patrón cuando empezamos Casa Juan Diego hace 21 años.? La pregunta más grande–cual será realmente la respuesta– ¿Por qué será que Dios escogió a Juan Diego para ser el mensajero de la aparición de nuestra Señora?
¿Cómo escogió Dios a Juan Diego cuando habían muchas personas respetadas para escoger? ¿No fue extraño que Dios escogiera a un nativo sin un grado universitario o una maestría en teología, como el mensajero para evangelizar al Obispo local acera de la importancia y dignidad de los indigenas?
La Santa Madre siempre le gustó estar entre las personas o niños pobres sin educacción, para honores, por ejemplo en Fatima, Lourdes, etc.
Afortunadamente, los españoles dejaron algunos americanos nativos en América Latina a quienes nuestra Madre podría aparecerseles, en contrasto a los ingleses del norte, quienes diezmaban a la población nativa y dejaban pocos.
El mensaje de la aparición de nuestra Señora de Guadalupe fue a través del mensajero Juan Diego. El escogido era pobre, sin educación formal, no hablaba español y pertenecía a la raza de personas quienes no eran aceptados por algunos de los conquistadores como seres humanos ó que tenían almas.
Nuestra Señora de Guadalupe cambió todo esto y envió a Juan Diego a evangelizar al Obispo Franciscano, quien recibió bien al mensajero de dignidad, habiendo sido un defensor de los nativos americanos en el pasado.
Por supuesto, el Obispo no casi no podía escoger de otra manera, cuando ocurrió el milagro de las rosas y de la imagen dejada en el manto de Juan Diego, lo que todavía está en la Basilica de Nuestra Madre en la ciudad de México. El fue un buen Obispo.
Todos los indígenas alagaron la dignidad de Juan Diego y desde entonces nuestra Señora de Guadalupe ha llegado a ser la bandera nacional de los pobres de México. Si usted visita la Basilica de nuestra Señora de Guadalupe, podrá realizarlo. Sin embargo, cuando nuestra Señora apareció, México no existía como ciudad o país-todo era Nueva España, y ella ha sido nombrada la patrona de las Américas.
¿Por qué Casa Juan Diego en Houston?
Hace 21 años empezamos con el Trabajador Católico en Houston, teniendo nada excepto nuestro patrón Juan Diego-y, ¿qué podría hacer él por nosotros? En un sentido éramos igual. Juan Diego era pobre, impotente y nadie en el mundo. Así empezamos a servir a las personas, quienes estaban durmiendo en carros en los lotes de carros usados en la Avenida Washington, a los refugiados de las guerras en El Salvador, Guatemala y Nicaragua y más tarde inmigrantes de otros países.
El director anterior de Inmigración y Naturalización de E.E.U.U. cuestionó la sabiduría de haber empezado así una casa de hospitalidad.
El sacerdote quien bendijo la casa, la feísima casa en Houston, enfatizó que necesitaríamos $40,000 (en el dinero de 1980) para empezar. No teníamos nada, pero teníamos experiencia y mucha fe, todavía preocupados por las obligaciónes y las cosas materiales.
Cuando Luisa empezó a trabajar como bibliotecaria de niños en las Bibliotecas Públicas de Houston, esto nos ayudó a solucionar nuestras dudas, así que no tendríamos que tocar los fondos de Casa Juan Diego para mantener a nuestros hijos.
Fuimos con Monseñor Morkovsky, nuestro Obispo, probablemente uno de los mejores de hablar español en la Diocesís en aquel tiempo, para anunciarle o comunicarle nuestros esfuerzos y pedirle sus bendiciones (no fuimos a pedir dinero). Hace muchos años aprendimos: para tener éxito en una diocesís, nunca se tiene que pedir dinero al Obispo y nunca hacerlo responsible de sus ideas y programas.
El Obispo era muy respetado, como era hace muchos años el Obispo de Juan Diego, y él nos dio su bendición. Sin embargo, él hubiese preferido que empezáramos una Legión de María, porque la imagen de Dorothy Day no estaba clara en aquel tiempo. El no había leído acerca de las raíces filosófcas y teólogicas del Movimiento del Trabajador Católico.
El Obispo Morkovsky fue uno de los primeros sacerdotes que celebró la Misa en esta casa fea. El regresó, llevando su propio maletín, cuando nos trasladamos a otra casa fea después de que la primera se quemó (desafortunadamente la segunda también se quemó). Después de celebrar la Misa él siempre se perdía, no lo pudimos encontrar, y siempre estaba mezclándose con los huéspedes. Rumor tuvo que él arregló para Casa Juan Diego recibir el premio Jefferson en nuestros primeros años.
El actual Obispo, Monseñor Fiorenza, sucesor del Obispo Morkovsky, también ha sido muy bondadoso, y mientras nosotros no teníamos el milagro de las rosas para presentárselo, teníamos 21 años con Casa Juan Diego y 45,000 inmigrantes, quienes habían pasado por nuestras puertas. La reacción de nuestro Obispo ha sido muy positiva y él está interesado en la canonización de Dorothy Day.
Para nuestros inmigrantes y refugiados, el Obispo Fiorenza ha hecho todo lo posible para permitirnos participar en el plan cooperativo misionario. Esto nos da la oportunidad de hablar en parroquias acerca de nuestro trabajo y apuntar a personas para nuestro periódico. A través de estos mensajes muchas personas han estado interesadas en Casa Juan Diego. Ellos no han sido solamente generosos en sus contribuciones, sino que también ayudan con el voluntariado.
Estamos muy agradecidos con la guía y ayuda de los Obispos y del SANTO Juan Diego.
Trabajador Catolico de Houston, Vol. 22, No. 1, enero-febrero, 2002.