P. Richard John Neuhaus, un proponente de la economía neoconservdora (conocida como neoliberalismo en América Latina y en casi todo el resto del mundo), ha escrito un libro que solo puede ser considerado como un contra documento al del Papa Juan Pablo II y de los Obispos de América que fuera presentado como la declaración de cierre, La Iglesia en America, la Exhortación Apostólica del Sínodo de América en enero de este año. La visión del Sínodo presentado por el libro de P. Neuhaus, que se apresuró a ser impreso antes de la respuesta oficial, presenta una interpretación chocante-mente diferente de la del Santo Padre.
Ahora tenemos dos documentos, La Iglesia en América del Santo Padre, y la del libro de P. Neuhaus, Nombramiento en Roma (Appointment in Rome). Escoja: son muy diferentes.
Documento largamente esperado
Muchos meses habían pasado desde el Sínodo de América en Roma y muchos esperaban la publicación de los resultados con gran esperanza. El Papa Juan Pablo II había llamado al Sínodo para tratar, “dentro del marco de la nueva evangelización y como expresión de comunión episcopal,” la “cuestión de la justicia y de las relaciones económicas internacionales, considerando la enorme desigualdad entre el Norte y el Sur” (No. 2).
Este fue un Sínodo muy especial, uno que buscaría la unidad a través de todos los países de América. ¿Que debería decir el documento?
Nosotros en la Casa Juan Diego, el Trabajador Católico de Houston, estábamos muy interesados en la declaración. Cada día recibimos inmigrantes desesperados de los países del Sur. Cada día escuchamos historias de la gente muy pobre que trabajaba en maquiladoras de América Latina que pertenecen a compañías de los Estados Unidos y otros países ricos. Ellos no pueden pagar la renta, alimentar a sus hijos y enviarlos a la escuela. O habrían tenido algún pequeño negocio que tuvo que cerrar debido a las políticas del “libre comercio” que favorecen a los grandes consorcios inter-nacionales. O trabajaban en el comercio ambulante, vendiendo cosas en las calles, y sus clientes ya no tenían dinero para comprar sus productos.
Esperábamos que los Obispos de América (Norte y Sur) en la Iglesia de Mateo 25 y Juan 6 serían compasivos.
La Iglesia en America, Exhortación Apóstolica post-sinodal del Santo Padre Juan Pablo II, sobre el encuentro con el Jesucristo vivo, el camino para la conversión, comunión y solidaridad en América, va más allá de nuestros pensamientos mas avanzados. El corazón del documento es similar al pensamiento y escritos de Dorothy Day y Peter Maurin, a los que P. John Hugo les dio expresión teológica. La unidad de la fe y vida católica, el seguimiento radical de los Evangelios y la enseñanza social católica abrazada por Dorothy y Peter es expresada aquí en este documento oficial de la Iglesia y aplicada a la realidad de la América de hoy.
La Iglesia en América se trata del discipulado radical como fruto de un “fresco, autentico,” encuentro con Cristo, que lleva a la conversión, comunión y solidaridad con el paria, el pobre, el marginado, el más débil de la sociedad, incluyendo al no nacido. En el documento el Santo Padre hace énfasis en cuatro lugares donde encontramos a Cristo: 1) a través de la Virgen María y por América, especialmente en Nuestra Señora de Guadalupe, 2) la Sagrada Escritura leíida a la luz de la Tradición, de los Padres de la Iglesia y del Magisterio, profundizada en la meditación y la oración 3) en la Sagrada Liturgia y en los Sacramentos de la Iglesia, 4) en las personas, especialmente los pobres, en quien Cristo está misteriosamente presente, “en el rostro de cada hombre, especialmente si se ha hecho transparente por sus lágrimas y por sus dolores, podemos y debemos reconocer el rostro de Cristo” (cf. Mateo 25, 40). (Nos. 11, 12).
Estuvimos encantados de ver en La Iglesia en America la insistencia en que los católicos vivan su fe día a día, dejando todo para seguir a Cristo, cambiando estructuras injustas, viviendo vidas muy diferentes de aquellas marcadas por el consumismo y la búsqueda del confort tan prevalentes hoy en día como parte integral de nuestra cultura, tratando de crear una civilización de amor en que la increíble dignidad de cada ser humano sea respetada.
Entonces vimos los comentarios de P. Neuhaus en entrevistas y en su libro, Nombramiento en Roma (Appointment in Rome), publicado por Crossroad. No podíamos creer que estuviera hablando del mismo Sínodo.
¿Quien es P. Neuhaus?
Los católicos de los Estados Unidos estuvieron muy orgullosos cuando el Reverendo Richard Neuhaus, un prominente pastor Luterano, se hizo católico romano y luego sacerdote de la Arquidiócesis de Nueva York.
P. N. (Padre Neuhaus) está a la altura de los grandes conversos al catolicismo de los EUA, tales como Isaac Hecker, Orestes Bronson, y Clare Booth Luce del Luce de la revista Time.El es un brillante escritor y expositor y al poco tiempo después de su ordenación logro ser un vocero de la Iglesia Católica en los Estados Unidos. El emergió como una persona muy poderosa con amigos en lugares muy encumbrados, lo que tenía a muchos católicos de toda la vida, asombrados y admirados, o posiblemente, a veces, hasta con envidia.
P. N. lanzó una revista nueva llamada First Things (Primeras Cosas) al poco tiempo de haberse unido a la Iglesia.
La circulación de esta revista creció rápidamente. Estábamos tan orgullosos cuando un amigo nuestro, judío, estaba presumiendo de su esposa que escribía para la revista. Conocíamos solo algunas personas famosas, como Dorothy Day, Cesar Chavez, Frank Sheed y Maisie Ward.
Fue leyendo esta exitosa revista que empezamos a ver rajaduras en la fachada de este respetable converso. No culpamos demasiado a P. N., por que sabíamos que era un converso y toma un tiempo para poder integrarse al catolicismo.
Notamos que en su afán de enfocar las Primeras Cosas como católico, el descuidaba enfocar en las últimas cosas, especialmente la escena del Día del Juicio Final donde Cristo nos dice que seremos juzgados a la hora de nuestra muerte por la forma que respondamos a su presencia en los pobres: “lo que hicisteis con los menos de estos hermanos míos, a mí me lo hicisteis” (Mateo 25:31 ss.)
Nosotros siempre, por supuesto, estuvimos de acuerdo con P. N. que el socialismo y el comunismo no eran las respuestas a los problemas del mundo. Sin embargo, sabíamos por las Escrituras y los Padres de la Iglesia que los pobres, los marginados, los parias, como lo ha enunciado el Papa Juan Pablo II, no deben ser descuidados.
Diferencias Palpables en
Dos Publicaciones
La idea de Mateo 25, Jesús en los pobres, solidaridad con los más necesitados, es uno de los mayores temas en el informe del Sínodo, La Iglesia en America. Este tema no aparece en el libro Nombramiento en Roma (Appointment in Rome) de P. Neuhaus.
El haber pasado por alto un tema tan grande del Sínodo es sorprendente. Es una indicación de hecho que P. N. perdió una gran parte del Sínodo. Un Cardenal muy prominente, después del leer el libro, se preguntaba si se trataba del mismo Sínodo.
A primera vista parecería que es su medio protestante el que guío a P. N. a poner el sub titulo de su libro “El Despertar de La Iglesia en América.” Esta frase trae a colación inmediatamente el “Gran Despertar,” el despertar del movimiento fundamentalista, evangelica del siglo XIX en los EUA – y exactamente esto es mantenido como modelo para la Iglesia católica en el libro de P. N.
Mientras que es bien sabido que él caería en el grupo teológico conocido como americanistas estaounidenses, fue sin embargo, chocante el descubrir, al buscar una referencia histórica para lo que el Sínodo pueda esperar lograr en el despertar espiritual, que la primera imagen de P. N. no es ni siquiera la del fundamentalismo evangélico que celebra por todo el libro, sino la de la revolución de los EUA.
En contraste a la revolución contra los Británicos de P. N., La Iglesia en América presenta como ejemplo los santos y mártires de los muchos países de América y pide que el libro se prepare para esas vidas inspiradas.
Dualismos
Uno de los ágrios frutos de la Reforma fue la separación de la fe y la vida, de la fe y la economía, la que dio a luz a Adam Smith y al capitalismo laissez-faire, y promovió el deismo y que puso a Dios fuera de la vida diaria.
Tal vez debido a su crianza, P. N. se ha acoplado al pensamiento de John Courtney Murray, S.J., que, con la mejor de sus intenciones, exacerbó el dualismo entre la fe y la vida diaria, la fe y la economía, fe y educación, fe y cultura, y que ha plagado al cristianismo desde la Reforma.
El dualismo teológico es un esfuerzo para aliviar la tensión entre la fe y la vida en una sociedad pluralista. En realidad las separa, entronizando la así llamada neutralidad del estado, privatizando la fe y por lo tanto inhibiendo cualquier intento para construir la “civilización de amor” tan persistentemente reclamada por los últimos dos Papas.
Empezando por la revolución de EUA contra Inglaterra y hablando de libertad como se define en la Constitución de los EUA, P. N. hace énfasis en todo su libro “libertad de” coerción y “libertad para” la creatividad de capitalismo. El cita a Murray varias veces en el libro con referencias al pluralismo como que estaba escrito en el guión de la historia, pero olvida el gran tema del Sínodo sobre la evangelización de los sectores seglares de la sociedad, la cultura, la política, las profesiones, la economía (Nos. 10, 44, 67).
Mientras P. N. da una mirada a “transformar la cultura,” él ridiculiza a los Obispos Latino Americanos que piden que la economía sea evangelizada.
P. N. habla mucho sobre la libertad y la responsabilidad en su libro, pero endosa un sistema económico donde la vasta mayoría, especialmente en América Latina, no tiene libertad. Las fábricas de las compañías de EUA en América Latina pagan salarios de esclavitud y la gente trabaja bajo condiciones terribles. Los gobiernos de los países ricos establecen nuevas leyes cada día en detrimento de los trabajadores en nombre del “libre” comercio y la economía global a través de instituciones como el Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio y el Fondo Monetario Internacional.
Es interesante saber que el la economía promocionada como el “mercado libre” y “comercio libre” no es libre, sino ajustadamente controlada por los gobiernos y las instituciones internacionales. Bienes de todo tipo cruzan las fronteras, y las compañías cruzan las fronteras para aprovechar el trabajo de la esclavitud, mientras que los trabajadores que producen los bienes quedan encerrados detrás del alambre con púas, incapaces de poder cruzar.
Padre Neuhaus recomienda el sistema económico de los EUA como uno de los mas justos y libres a los Obispos, sin admitir que la Escuela de las Américas donde tantos soldados Latino Americanos fueron entrenados y para torturar y matar a su propia gente, es una parte integral del sistema. El no menciona que estos soldados son utilizados para recortar la organización de los derechos de los trabajadores en los países del Sur.
El no hace la pregunta de como los católicos, que reciben grandes bonos de acciones de las espaldas de aquellos que trabajan por salarios de esclavitud, puedan continuar recibiendo la Eucaristía.
Estos dualismos que separan la vida y economía de la fe que tal vez, sin saberlo, aparecen en el libro de P. N. son firmemente rechazadas en La Iglesia en América.
Juan Pablo II declara firmemente que “No hay democracia autentica y estable sin justicia social.”
Se pone a Cotton Mather en el mismo nivel que Juan Diego
P. N. podría haber escogido a Juan Diego como santo y profeta para ser emulado en la América unida. El Santo Padre lo hizo cuando presentó La Iglesia en América y proclamó el 12 de diciembre como una gran fiesta en toda América, recordándonos que Nuestra Señora de Guadalupe es la Reina y Patrona de toda la América. “Su rostro mestizo fue ya desde el inicio en el Continente un símbolo de la inculturación de la evangelización, de la cual ha sido la estrella y guía” (No. 11, No. 70).
En vez, P. N. describe el Sínodo como la reunión, el dialogo, entre Cotton Mather y Juan Diego, aparentemente colocándolos al mismo nivel (p. 16). Cotton Mather, el ministro Puritano de Boston que ayudó a inspirar los juicios de brujas de Salem, murió en 1728. Finalmente el libro opta por tomar la posición de Cotton Mather, con la insistencia de que los católicos deben adaptarse a sus valores en la economía y la evangelización.
P. Neuhaus como calvinista
A P. N. no se le puede culpar mucho por su omisión de Mateo 25 y las Bienaventuranzas. El fue criado y estuvo activo la mayoría de su vida adulta en el ambiente Protestante de EUA, donde Mateo 25 no domina como un valor de los Evangelios, sino es el calvinismo el que domina.
De acuerdo al Cardenal George de Chicago, muchos católicos están también influenciados por el calvinismo. Algunos son católicos calvinistas – aun algunos que vienen de familias donde el catolicismo ha sido practicado por generaciones.
Este pensamiento religioso dice que si uno trabaja fuerte, Dios lo recompensará materialmente. Mejor aun, el éxito material es un signo de la bendición de Dios.
P. N. aparentemente cree que el calvinismo es la respuesta a los países Latino Americanos. Asombrosamente, el sugiere que sus problemas económicos deben ser la culpa de la Iglesia Católica en América Latina debido a su falta de calvinismo. El recomienda a la Iglesia que cultive la ética descrita por Max Weber: “Lo que puede hacer la Iglesia Católica para cultivar actitudes y practicas que soporten a la empresa económica es inmenso. Hace muchos años, Max Weber escribió sobre las conexiones entre el capitalismo y la ‘ética protestante,’ y los observadores de hoy notan que la actividad misionera protestante en América Latina está típicamente acompañada de un incremento dramático de la empresa económica” Nombramiento en Roma -(Appointment in Rome), p. 84)
Este pensamiento calvinista ocasiona permeabilidad en nuestra cultura, en lugares en los que ni nos damos cuenta.
Uno de los libros más populares de la literatura infantil en los EUA es un ejemplo perfecto. “El pequeño motor que pudo” (The Little Engine that Could) inculca la idea que si trabajas fuerte y piensas fuerte tu puedes sobrepasar cualquier obstáculo. Cuando Luisa trabajó en la Biblioteca Publica de Houston como especialista en la literatura para niños del idioma español, fue molestada por un director de una compañía que insistía en tener una historia comparable del folklore Latino Americano, o una historia original en español con este tema. El la quería para enseñarles a los empleados Mexicano Americanos de la grandeza de la ética del trabajo. Luisa no lo pudo convencer que no existía en la literatura infantil en español.
La literatura hispánica no es calvinista.
El calvinismo ha trabajado para los directores de compañía grandes (CEO’s), incluyendo a los altos ejecutivos católicos, muchos de los cuales reciben millones de dólares de paga, pero no funciona para la mayoría de los hispánicos y otros de países del tercer mundo. Tomemos a María Elena, por ejemplo.
María Elena, de edad de 15 años, probó el calvinismo y el capitalismo de los CEO’s donde ella trabajaba cosiendo camisas en la fabrica de GAP del Salvador. Ella quería desesperadamente salir de la pobreza y tener una mejor vida para su familia. Ella trabajó duramente siempre mas de 60 horas a la semana, pensó duro, y aun rezó duramente, como la historia. “El pequeño motor que pudo” (The Little Engine that Could). En este libro infantil un pequeño motor no podía sobrepasar una abrupta inclinación, pero seguía pensando positivamente y repitiendo, “yo creo que puedo,” “yo creo que puedo …,” y finalmente lo logró.
María Elena trató y probó lograrlo, no perdiendo un solo día de trabajo, siempre llegando a tiempo, siempre obedeciendo a su supervisor, y yendo al baño solamente una vez en la mañana y otra en la tarde (ella practicó el calvinismo), pero la compañía no le quería pagar para seguir viviendo. Su familia vivió al margen de la existencia humana.
Ella se sintió específicamente mal cuando la compañía GAP vendía las camisas que ella hacía a $25.00 dólares mientras que a ella se le pagaba $0.16 centavos de dólar para hacerla.
Tantas María Elenas han venido a la Casa Juan Diego con la esperanza de ganar unos pocos dólares para mandar a casa para que sus familias puedan en efecto comer e ir a la escuela.
El calvinismo está profundamente engarzado en el sueño estadounidense. Siendo un nuevo católico P. N. puede no estar familiarizado con la lista de pecados que claman al cielo por venganza uno de los cuales es “privar a una persona de sus salarios.” Debido a que los Norteamericanos creen que todos pueden practicar el calvinismo, los salarios de esclavitud no ofenden a nadie, ni siquiera a un sacerdote.
Michael Novak, cuyo trabajo es citado en el libro de Neuhaus como llave para hacer al catolicismo compatible con el estilo de capitalismo de EUA, ha dicho que es pecado para aquellos que trabajan por salarios de esclavitud, el quejarse de la disparidad en sus salarios con el del CEO, puesto que el pecado de envidia es condenado en el libro del Deuteronomio.
Otro sacerdote muy respetado, P. Avery Dulles, S.J., defiende los salarios de esclavitud como mejores que el que no haya salarios. El pueda que no comprenda que las políticas neo-conservadores de “libre comercio” han exprimido y eliminado tantos negocios pequeños que puede que sea verdad que ya no haya otros trabajos.
P. N. y las Encíclicas
Pensamos haber encontrado vestigios de Dorothy Day y Peter Maurin en los escritos de P. N. cuando recién lo encontramos, debido a su costumbre de citar encíclicas.
Sin embargo, observamos por años que el citaba solo una encíclica (Centesimus Annus), y entonces partes muy limitadas de la misma, con el objeto de hablar en favor de la economía neoliberal/neoconservadora. P. N. dedica varias páginas en este libro a su interpretación deCentesimus Annus (C.A. tiene 11 referencias en su índice) y ha hecho referencias frecuentes a lo mismo en sus entrevistas sobre el Sínodo, castigando a los Obispos por no hacer énfasis en lo mismo.
Contradice al Papa
Los neoconservadores católicos demandan en una mano, de ser los intérpretes del pontificado de Juan Pablo II, pero en la otra mano, mucho de lo que ellos defienden es contrario a la enseñanza social católica.
Nombramiento en Roma (Appointment in Rome) no es la primera vez que P. N. ha contradicho directamente al Papa. Con el objeto de promulgar justicia, Centesimus Annuspide por un cambio en “estilos de vida establecidos con el objeto de limitar el despilfarro y los desperdicios de los recursos ambientales y humanos.” De acuerdo con las declaraciones publicadas de P. N., esta fue una “línea de desperdicio,” en la encíclica, “un vestigio, un fragmento retórico que en alguna forma se introdujo en el texto” y por lo tanto debe ser ignorado.
P. N. y sus amigos Michael Novak, George Weigel y el libertario Robert Sirico han publicado extensamente en soporte de su economía, citando solamente dos o tres párrafos de Centesimus Annus, dejando de lado todo su interés en el Bien Común global y en el ejercicio de los “derechos sociales económicos.”
Llamado a cambiar nuestras vidas y nuestros estilos de vida
P. N. se debe haber quedado sorprendido al encontrar que el Papa Juan Pablo II pidió nuevamente como parte de la conversión para los católicos un cambio en la forma completa de vida y estilo de vida en La Iglesia en América, Capitulo III, “Camino de conversión,” nos dice que el encuentro con el Jesucristo vivo nos impele a la conversión, una conversión que “No se trata sólo de un modo distinto de pensar a nivel intelectual, sino de la revisión del propio modo de actuar a la luz de los criterios evangélicos.” El Papa continua, “La conversión favorece, por tanto, una vida nueva, en la que no haya separación entre la fe y las obras en la respuesta cotidiana a la universal llamada a la santidad. Superar la división entre fe y vida es indispensable para que se pueda hablar seriamente de conversión. En efecto, cuando existe esta división, el cristianismo es sólo nominal” No. 26).
La llamada a la conversión, comunión y solidaridad significa cambiar nuestras vidas boca arriba, una conversión que debe cambiar todas nuestras vidas, “no una parte de la vida, sino la vida toda guiada por el Espíritu Santo” (No. 29) de tal manera que podamos asimilar los valores de los evangelios que contradicen las tendencias dominantes del mundo.
Llamado a la Santidad
Hoy en día, aquellos que hablan de santidad, son generalmente considerados como conservadores por ciertos grupos de la Iglesia, aunque esto se consideraba como radical en el tiempo en que P. John Hugo y Dorothy Day del movimiento del Trabajador Católico, insistían que la santidad era para todos.
El documento del Sínodo hermosamente deletrea lo que significa santidad en una forma que la misma Dorothy podría haberlo hecho, una forma que no podría llamarse ni liberal ni conservadora.
La nueva forma de vida llamada por La Iglesia en América depende de una auténtica espiritualidad cristiana, alimentada sobre todo por una constante vida sacramental, “por ser los Sacramentos raíz y fuente inagotable de la gracia de Dios, necesaria para sostener al creyente en su peregrinación terrenal” (No. 29), y la oración. La oración “conducirá poco a poco a adquirir una mirada contemplativa de la realidad, que le permitirá reconocer a Dios siempre y en todas las cosas; contemplarlo en todas las personas; buscar su voluntad en los acontecimientos” (No. 29).
El documento insiste que esta espiritualidad no se opone a las responsabilidades de la vida cristiana: “En el camino de la santidad, Cristo es el punto de referencia y el modelo a imitar: El es el Santo de Dios y fue reconocido como tal (cf. Mc 1, 24). El mismo nos enseña que el corazón de la santidad es el amor, que nos conduce incluso a dar la vida por los otros (cf. Jn 15,13). Por ello, para imitar la santidad de Dios, como se ha manifestado en Jesucristo su Hijo, “no es otra cosa que prolongar su amor en la historia, especialmente hacia los pobres, enfermos, e indigentes (cf. Lc 10, 25ss)” (No. 30).
P. N. olvidó incluir esta visión de amor a los pobres y los dolientes en Nombramiento en Roma (Appointment in Rome), al animar a que se unan a las fuerzas con los fundamentalistas en lo que ellos algunas veces llaman una teología de la prosperidad.
Los Obispos Latino Americanos, burlados
Una de las cosas que mas nos perturbó del libro de P. N. y las recientes entrevistas que dio sobre el Sínodo fue su denigración de los Obispos Latino Americanos.
Estos Obispos hicieron frecuentes referencias al clamor de los pobres en sus países y aun a la sujeción de su gente a un sistema económico injusto. P. N. describió sus comentarios simplemente como residuos y sobras de una teología de la liberación fracasada.
El Santo Padre no habla en esta forma dura de la teología de la liberación en el documento. Se hace énfasis sobre la opción por los pobres en todo el documento, aunque no exclusivamente.
El sí pregunta, en la sección bajo “El Desafío de las Sectas,” como lo hicieron algunos Obispos del Sínodo, “Si una pastoral orientada de modo casi exclusivo a las necesidades materiales de los destinatorios no haya terminado por defraudar el hambre de Dios que tienen esos pueblos, dejándolos así en una situación vulnerable ante cualquier oferta supuestamente espiritual.” (No. 73)
Como muchos de los Obispos Latino Americanos hablaron de la situación económica desesperada en sus países, P. N. aparentemente agitado empezó a referirse a los Obispos Latino Americanos y a sus “relinchos” y sus “quejas,” describiéndolos como vacas que mastican y rumian su alimento. El hizo énfasis sobre su “confusión” y retórica repetitiva,” su falta de entrenamiento en economía y aun su teología confusa. El pensó que los Obispos Latino Americanos exhibían una “mentalidad de asedio.” En su libro, P. N. ridiculiza las “frases gastadas” de los Obispos tales como la “La economía que reduce al hombre a solamente ser un medio,” “Evangelizar el orden económico,” “Poner a la gente antes que a las utilidades.”
P. N. se olvido de indicar, como lo hizo el Papa, que “la constante dedicación a los pobres y destituidos emerge en la doctrina social de la Iglesia, que incesantemente invita a la comunidad cristiana a un compromiso para sobrepasar cualquier forma de explotación u opresión.” Padre N. ciertamente no mencionó que, “Es una cuestión no solo de aliviar las necesidades mas serias y apremiantes a través de acciones individuales aquí y allá, sino de descubrir las raíces del mal y proponer iniciativas para convertir las estructuras sociales, políticas, y económicas más justas y fraternales.
El Papa condena al Neoliberalismo
P. N. podría haberse apresurado a publicar su libro rápidamente como un contra argumento al Sínodo por que este condena el mismo sistema económico que él ha canonizado, un sistema que ha sido celebrado como basado en libertad y con un gobierno mínimo, pero que en la práctica depende de un gobierno poderoso para ejecutar sus políticas impopulares.
P. N. sintió que el neo-conservadurismo (conocido como neoliberalismo en América Latina) recibió una mala reprensión en el Sínodo. Tal vez al ver la escritura en la pared, el ridiculiza el término neoliberalismo en su libro, diciendo que nadie sabe lo que significa.
El Papa Juan Pablo II es muy claro. En La Iglesia en América el lo definió y lo condenó, junto con el comercio de drogas, el reciclaje de fondos ilícitos, la corrupción a todo nivel, el terror de la violencia, la carrera armamentista, la discriminación racial, la desigualdad entre grupos sociales, y la destrucción irracional de la naturaleza” en el No. 56 bajo “Pecados sociales que claman al cielo.”
Los Obispos no estuvieron tan confusos después de todo. También estuvieron muy claros. Ellos sabían que el neoliberalismo es el sistema económico actual que tan duramente afecta a sus pueblos.
En vista de la condenación del Papa, P. N. insiste que el neoliberalismo es el único camino. Refraseando su argumento en el idioma de la guerra fría, el dice, “Parecería que la expansión de la economía del mercado llamada ‘neoliberalismo’ o ‘globalización’ no puede ser parada excepto por países que adopten medidas del estado o socialistas…” Nombramiento en Roma (Appointment in Rome, p. 135.)
La realidad es que son las medidas del “estado” las que soportan el neoliberalismo.
¿Por que es que al neoconservadurismo también se llama neoliberalismo?
Neoliberalismo significa liberalismo nuevo. El viejo liberalismo estuvo identificado con la revolución francesa, que proclamó los derechos del hombre, libertad, y el liberalismo económico (por esta razón la palabra francesa laissez-faire), pero arrasó violentamente con todo en su paso. El neoliberalismo hace lo mismo, excepto que arrasa con la gente de otros países a través de maquiladoras, salarios de esclavitud, acuerdos de comercio internacional, y tortura inculcada en la Escuela de las Américas para asegurarse que la “libertad” prevalezca. Es muy violento.
El asumir que el neoliberalismo está basado en la idea clásica y que consiste de aspectos sociales, políticos y económicos, no es una explicación razonable de lo que está pasando en América Latina. Ahí este término está restringido solamente a la parte económica del liberalismo.
Esta economía se hizo prevalente en los EUA durante la administración Reagan, pero continúa aun más fuerte bajo la administración Clinton. Sus proponentes católicos glorifican sus énfasis en la libertad y la creatividad.
Los libros de Michael Novak animando al neoliberalismo fueron publicados en español y circulados en América Latina, presentando esta economía como aceptable para la enseñanza católica. La copia de uno de estos libros en español llegó en las donaciones de ropa a la Casa Juan Diego, Este Hemisferio de Libertad (publicado en los EUA por el Instituto Empresarial Americano y publicado en México por la Editorial Diana.) Lo encontramos enlazado con notas marginales de Adam Smith, y David Hume y con un apéndice enunciando a Santo Tomas Aquino como el primer liberal. (p. 125)
En realidad la “creatividad” de los neoconservadores afirma la creación de la riqueza para los pocos. Increíblemente para los seguidores de los Evangelios, P. Neuhaus y sus colegas neoconservadores han fallado a la Iglesia por no desarrollar una teología de la creación de la riqueza. Ellos no lo encontrarán en este documento.
¿Como responderán los comerciantes y los neoconservadores?
Comentadores y gente de negocios notaron muy rápidamente que La Iglesia en Américaindicaba que la opción de la Iglesia por los pobres, aunque muy fuerte, no es exclusiva. Algunos habrán concluido que esto significa que los negocios deberían continuar en la forma usual. George Weigel enunció en un periódico del idioma español en Chicago, La Raza, que la declaración acerca de la evangelización de los ricos prueba que ahora hay una clase media más grande en América Latina (la verdad por supuesto es opuesta). P. Robert Sirico dio la impresión de que él estuvo en lo correcto todo el tiempo en su soporte por el neoliberalismo capitalista, por que el documento pide que los ricos sean evangelizados.
Otros han empezado a estudiar seriamente el documento para guía.
El Apego a la riqueza es un obstáculo
La Iglesia en América, como El Esplendor de la Verdad anteriormente, puntualiza la historia del joven rico. Esta historia indica que “Los Evangelios enseñan que el apego a la riqueza es un obstáculo para aceptar la llamada de Cristo a seguirlo totalmente y sin reserva.”
El documento en efecto, si recomienda, que no solo los acomodados sean evangelizados, sino todos los líderes de la sociedad. El Papa menciona que “Los daños derivados de la difusión del secularismo en dichos ambientes, tanto políticos, como económicos, sindicales, militares, sociales o culturales, muestran la urgencia de una evanglización de los mismos….” (No. 67)
Esperamos, que el esfuerzo de evangelizar a estas gentes resulte en reducir los problemas de los salarios de esclavitud en las maquiladoras con zonas libres de impuestos de tal manera que no exista ayuda para las comunidades locales. Con esperanza, resultará que existan menos teólogos que defiendan el sistema de los salarios de esclavitud como el único camino disponible. Con esperanza, desanimará a los países ricos el tratar de construir la economía total del mundo en su favor y contra los pobres. Esperemos, como lo ha pedido el Santo Padre para el Jubileo del año 2000, que las deudas mutilantes de los países del Sur sean perdonadas por el Banco Mundial.
Los Obispos empiezan inmediatamente en el compendio de la Doctrina Social
Varios Obispos Latino Americanos en el Sínodo pidieron una nueva encíclica en ética y economía. P. N. insiste en su libro, que esa encíclica, “mas una en asuntos relacionados a la sociedad justa y libre,” ya ha sido escrita, se llama Centesimus Annus, y fue publicada en 1991, y que “probablemente” el Papa estaba pensando exactamente en eso cuando escuchaba los discursos (Nombramiento en Roma p. 74 – Appointment in Rome).
Claramente, el Papa Juan Pablo II no coincidió con la representación hecha de él y lo que estaba pensando en el Sínodo por P. N. En vez el ha llamado para un nuevo compendio o catecismo de enseñanza social católica, tal vez para corregir las malas interpretaciones de tales personas como P. N. y otros neoconservadores/neoliberales.
Cuando los Obispos de América se reunieron, como seguimiento al Sínodo, en Cuba en Febrero de este año, tomaron la decisión de proceder a la preparación de un compendio de Doctrina Social Católica, aunque P. N. lo desapruebe.
¿Una América?
Mientras que uno de los principales temas del Sínodo fue el de una América – no muchas Américas – El libro de P. N. no ha integrado esta idea. Referencias a “América” a través de este libro alternan en significado, algunas veces refiriéndose a la unidad de los continentes, pero usualmente con acepción a los EUA. El resultado es confuso, excepto que uno recibe la impresión distinta de que el término América, cuando se aplica a los EUA, significa que Norte América es mejor.
Neuhaus está en desacuerdo con el Papa sobre los inmigrantes
P. N. levanta las cejas sobre dos Obispos que hablaron en el Sínodo sobre inmigración, citando a los Gálatas 3:28: “Ya no hay ni judío ni griego … ni esclavo ni libre, ni hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús,” añadiendo que no hay ni Sur ni Norte. Su comentario es, “en la vida de la Iglesia eso es ciertamente verdadero, pero esta es una aplicación extraña de una verdad eclesiástica en la cuestión de fronteras nacionales” (p. 79).
La Iglesia en América, siguiendo la consistente enseñanza de Juan Pablo II, pide que los inmigrantes sean siempre bienvenidos, y que la Iglesia en América sea un “abogado vigilante, defen-diendo en contra de cualquier restricción injusta a los derechos individuales de las personas individuales de moverse libremente dentro de su propia nación y de una nación a otra. Se debe llamar la atención a los derechos de los inmigrantes y sus familias con respecto a la dignidad humana, aun en casos de inmigrantes ilegales” (No. 65). En otras palabras, es la responsabilidad de los católicos ayudar a lo inmigrantes, aquellos desraizados por el sistema económico global, como también a los refugiados que huyen de la persecución, y darles hospitalidad.
No para Juan Pablo II el dualismo que privatiza nuestra fe, el que nos obliga a ignorar a nuestros hermanos y hermanas en necesidad, solo por que vienen de otras fronteras.
Claramente, algunas veces la ley de Dios es superior a la del estado. Los católicos pueden ser llamados a escuchar más cuidadosamente a la Santa Madre Iglesia que obedecer ciegamente a la “Santa Madre Estado.” (Dorothy Day)
Ecumenismo – ¿Que estilo?
El Sínodo recomienda que el ecumenismo con cristianos de diferentes confesiones empiece: “en el nombre de los Evangelios en respuesta al clamor de los pobres, por la promoción de la justicia,” y también de la oración común por la unidad, compartir la Palabra de Dios y la experiencia de la fe en Jesucristo vivo. Esto seria un paralelo a la experiencia de muchos en los EUA cuando los cercanos lazos de la amistad ecuménica se formaron durante el movimiento de los derechos civiles en los 1960’s.
P. N. recomienda ecumenismo con fundamentalistas en América Latina con el objeto de evangelizar junto con ellos y esparcir el capitalismo. El dice que algunos Obispos olvidaron que esta era la meta principal del Sínodo.
El Sínodo específicamente rechaza los métodos de muchos fundamentalistas en la evangelización, puesto que algunos de ellos no respetan la dignidad de la persona humana.
Todo el Sínodo Burlado
Mientras que los Obispos Latino Americanos fueron singularizados por la crítica, ellos no fueron los únicos. Su constante criticismo a los Cardenales y Obispos y a la organización del Sínodo llevaría a algunos a pensar que P. N. realmente tenía poco interés en un Sínodo que no fuese efectuado a su modo.
Habría sido mejor que P. N. compartiese con sus lectores la sociabilidad de los entremeses que tuvieron lugar en las noches de Roma durante el Sínodo, y que él solo apenas escatima, en vez de enfocar su propia versión de lo que debería haber sido el Sínodo
La Civilización de Amor
Sentimos mucho ser tan duros en la crítica de un hermano en la fe, pero se rompieron nuestros corazones por la falta de compresión de lo que está pasando a los pobres de la tierra con estas políticas económicas. Todos los días conocemos gente que ha sufrido tanto con lo que P. N. llama libertad. Muchos de los más pobres de los pobres de América Latina no tienen oportunidad de venir a los EUA. Ellos no pueden arriesgarse en el sendero tan difícil, caminando a través de varios países.
Solamente deseamos que P. N. hubiese podido conocer las María Elenas de América Latina.
Rezamos para que los neoconservadors/neoliberales, sin importar sus lealtades políticas, puedan llegar a comprender, como lo ha pedido el Santo Padre, que esta es una América, que debemos tomar la responsabilidad de lo que las políticas de nuestro país le hace a otros.
Ojalá que el Padre Neuhaus y todos los que lean La Iglesia en América tengan un cambio de corazón. Ojalá que ellos sean conmovidos más allá de las palabras de libertad y respeto por la dignidad de la persona humana en teoría para construir una nueva realidad digna del cuerpo de Cristo.
La Iglesia en América, el verdadero documento sobre el Sínodo, es una declaración asombrosa en su profundidad espiritual y su visión para la implantación en el mundo real.
Imagínese un mundo donde los líderes fuesen ¡guiados por este documento del Sínodo! Tal vez no sería la plenitud del reino de Dios en este mundo, pero sería más cercano a la Civilización de Amor pedida por el Papa Pablo VI y el Papa Juan Pablo II y a la construcción del cual dio su vida Dorothy Day.
Trabajador Catolico de Houston, Vol. XIX, No. 3, mayo-junio 1999.