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Llegan cientos de inmigrantesmandados por el SIN: Doce dias de Navidad en la Casa Juan Diego

En el primer día de Navidad de 1998 (Operación Abrumadora [O.A.]), el Servicio de Inmigración y Naturalización envió 44 huéspedes de Honduras a la Casa Juan Diego.

En el segundo día de Navidad (O.A.), el SIN envío 47 huéspedes de Guatemala

En el tercer día de Navidad (O.A.), el SIN envío 67 Centromericanos de diferentes países.

En el cuarto día de Navidad (O.A.), Inmigración envío 91 de varios países.

En el quinto día de Navidad (O.A.), un hotel nos permitió recoger 100 colchones.

En el sexto día de Navidad no pasó mucho.

En el séptimo día de Navidad (O.A.), paramos de contar, pero afortunadamente el último grupo llegó en el medio del RICA (Rito de Iniciación Cristiana) grupo de una parroquia local. RICA es el brazo de la parroquia que instruye a la gente que quiere hacerse católica.

El grupo de RICA vino a la Casa Juan Diego a estudiar por que nosotros como católicos estamos haciendo estos trabajos.
Pueden imaginarse la sorpresa en la cara de estos candidatos a Católicos cuando descubrieron que parte de ser católico significa tomar inmigrantes en su hogar. Rezamos para que ninguno de ellos abandonara su meta de hacerse católico debido a nuestra temeraria hospitalidad.

Los doce días de Navidad continuaron con varios huéspedes que llegaban cada día de Inmigración junto con otros de México – 20 en un día y luego 50 en otro.

Escribimos esto el 6 de Enero, el doceavo día real de la Navidad, cuando los Latinoamericanos celebran la Navidad y nuestros huéspedes insisten en que nosotros también lo hagamos.

Los tres reyes magos no vinieron del Este, pero 39 inmigrantes vinieron del Sur. Treintinueve Jesús en los pobres llegaron de la Inmigración de Laredo. Llegarían mas si pudiéramos encontrar la forma de traerlos a Houston. Las cartas empezaron a llegar a la Casa Juan Diego de otros entre los muchos cientos de detenidos en Laredo pidiéndonos que les enviásemos boletos de autobús para que los soltasen.

La Inmigración de San Antonio nos llamó también para decirnos que tenían 200 inmigrantes para enviarnos. Llamamos a la Diócesis de San Antonio por ayuda, pero no llegamos a mucho hasta que el Obispo Fiorenza llamó para explicar la situación y pedirles su ayuda. Caridades Católicas de San Antonio empezó a ayudar a poner gente en los autobuses que viniesen a Houston. El Obispo auxiliar Tamayo nos prestó su nombre para encontrar ayuda en Laredo donde el fue un párroco antes de venir a Houston. Los de Caridades Católicas en Laredo estuvieron encantados de poner inmigrantes en el autobús para que viniesen a Houston. Algunos también fueron enviados del Valle del Río Grande , de San Benito.

Nosotros estabamos en la estación de los autobuses recogiendo gente desde las 5 a.m., 7 a.m., y a todas las horas.

¿Como sucedió todo esto?

¿Por que soltaba Inmigración a toda esta gente? Después de las protestas de los consulados Centroamericanos la Casa Blanca del Presidente Clinton había decidido que sería mal idea deportar y regresar a los Centroamericanos luego de la tremenda destrucción del Huracán Mitch.

Después de dieciocho años de trabajo aquí con migrantes la Inmigración Oficial, llamó a la inmigración no-oficial (Casa Juan Diego) con su regalo de Navidad.

¿Aceptaríamos a 400 inmigrantes que están prisioneros en las cárceles de Texas? Ninguno de estos prisioneros había cometido nunca la más pequeña ofensa, su único crimen, el haber nacido en el lado equivocado del Río Grande.

Decir Sí

Debido a que los inmigrantes no podrían ser soltados a menos que tuvieran un lugar donde fuesen recibidos, nosotros dimos nuestro Fiat – nuestro Sí – y así poder percibir una ligera alusión de lo que nuestra Madre María aceptó cuando ella dijo Sí. El haber leído a Hans Urs von Balthasar hizo nuestro fiat más fácil. El capítulo 25 de San Mateo lo hizo también mas fácil, cuando Jesús dijo: Cuando sirven a los pobres, yo nazco entre ustedes.

La Inmigración de Houston fue un modelo de eficiencia, cortesía y cooperación en el proceso de soltar a la gente día a día, y nos tuvieron informados minuto a minuto de todos los detalles. Ellos aun transportaron a la gente a la Casa Juan Diego. Un empleado cortes del INS le habría gustado hacer un recorrido, pero le recordamos que pondría muy nerviosos a nuestros huéspedes. Algunos oficiales de Deportación dijeron que no entrarían a la propiedad por que era un santuario. Era difícil creer que estos empleados de Inmigración estuvieran encarcelando gente.

La Greyhound Dijo No

Nuestra respuesta inmediata al hacinamiento en la casa de los hombres fue la de enviar a la gente en el Greyhound donde quisieran ir. Habremos comprado literalmente decenas de miles de dólares en boletos a través de los años con nuestros cheques para ayudar a los inmigrantes.

Pero la Greyhound dijo que NO a nuestros cheques. Ellos dijeron que Telecheck no lo permitiría. Llamamos a Telecheck, muy enfadados. Ellos respondieron, “Sí su cuenta es buena. No hay ninguna razón por la que sus cheques no sean buenos.” Pero Greyhound insistió en decir NO.

Nuestros nuevos Trabajadores Católicos, David Fiore y Scott Possley no se atemorizaron con el “NO” de Greyhound. Ellos sacaron sus tarjetas de crédito y compraron varios miles de dólares en boletos para enviar a los inmigrantes a sus familias.

Inmigrantes como Trabajadores Católicos

Afortunadamente la casa de los hombres está administrada por catorce inmigrantes que son Trabajadores Católicos – i.e., hombres que trabajan sin paga para servir a Cristo en los inmigrantes pobres. Cada uno de ellos está encargado de un dormitorio donde se quedan tres o cuatro inmigrantes nuevos. Uno de ellos toma la responsabilidad de la cocina cada día y otro de la portería y el teléfono. Estos hombres están libres para trabajar los otros días y enviar dinero a sus familias.

No hace mucho, estbamos desayunando con un prominente profesor de historia y mencionamos que los inmigrantes eran Trabajadores Católicos y practicaban pobreza voluntaria. Casi se atragantó con su panecillo de moras y luego se sonrió por lo ridículo de la idea de pedirles a los pobres de ser pobres voluntarios para servir a sus hermanos y hermanas inmigrantes. Se había olvidado momentáneamente que la única diferencia entre “ellos y nosotros” es el accidente del nacimiento.

Este equipo en la casa de los hombres responde inmediatamente a la llegada de tantos, añadiendo mas y mas arroz, frijoles y pavo de las donaciones de Acción de Gracia y Navidad a las ollas, y nos ayudaron a asegurar que cada hombre tenía una cama, aun que fuera un colchón en el suelo.

Nos sentimos como que estábamos en medio de un remolino. A pesar de toda la actividad, nosotros y algunos de los otros Trabajadores Católicos nos dimos tiempo para escuchar algunas de las historias de la gente. Los huéspedes (incluyendo algunas mujeres) que habían venido después del Huracán Mich, tenían algunas historias emocionantes que contar.

Estábamos contentos que el gobierno de los EUA está permitiendo a los de Honduras y Nicaragua que soliciten permisos temporales de trabajo para que puedan enviar dinero a sus países desolados por el huracán. Desafortunadamente, solo aquellos que llegaron antes del 30 de Diciembre pueden solicitarlo. El viaje desde Centro América toma tanto tiempo que la mayoría de aquellos que perdieron todos los miembros de su familia, casas y todas sus posesiones mundanas llegarán después de esa fecha.

Trabajador Católico de Houston, Vol. XIX, No. 2, marzo-abril 1999.