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EL NARCISISMO Y EL INDIVIDUALISMO SOCAVAN LA MISION CRISTIANA

“¡Quince centavos la hora! En nombre de Dios, ¿Cómo puede alguien dormir en la noche si solo paga quince centavos (de un dólar) la hora?” vociferó un lector de la secundaria en la ultima publicación del Trabajador Católico de Houston (Ver “Los mas necesitados y los más codiciosos,” artículo en inglés, enero 1998).

“Esta es una civilización moderna; la gente cree en el progreso y la humanidad y en la Madre Teresa,” continuó. “¿Quien es esta gente? Algunos de los directores y accionistas de estas maquiladoras deben asistir a los templos!”

Durante una reciente presentación en un colegio católico sobre las injusticias de las maquiladoras en América Latina, el profesor comentó, “Nosotros no podemos preocuparnos del más bajo 20 por ciento de nuestra economía.”

Novia embarazada

Aun más desalentador desde una perspectiva diferente, fue el joven que acababa de descubrir que su mejor amigo había embarazado a su novia, y no solo eso, ella rehusó abortar; y no solo eso, ella esperaba que el padre se responsabilizara por la criatura hasta que tuviera dieciocho años. Su mente no podía comprender que se esperase que su amigo tuviera que sacrificarse.

¿Realmente usted ayuda a los “extranjeros ilegales?”

Recientemente dimos una platica a un pequeño grupo parroquial que ayuda a los necesitados.

La conversación iba bien hasta que los miembros del grupo se dieron cuenta de la naturaleza del trabajo. Se suscitó una tensión fundamental, una inquietud y una actitud muy cautelosa como de caminar sobre huevos, y algunos se pusieron muy nerviosos. Alguien finalmente soltó: “¿Ustedes ayudan a los extranjeros ilegales?”

Se habría escuchado la caída de un alfiler.

“Cómo vamos a conseguir a alguién que los ayude si ustedes trabajan con “extranjeros ilegales?” dijeron. Ellos percibían que el sentimiento anti-inmigración era tan fuerte que nadie cooperaría con ellos.

Irak

Madeleine Albright y el Presidente Clinton defienden las sanciones contra Irak, aunque un millón de niños ha muerto. “Vale la pena” dicen.
¿Cómo nos hemos hecho así?

¿Cómo nos hemos, aun los cristianos, alejado tanto de la visión bíblica? ¿Cómo hemos llegado a este punto, que podamos pagarle unos pocos centavos la hora a los trabajadores en otros países mientras los directores y los accionistas acumulan millones de dólares? ¿Cómo hemos llegado a creer que no tenemos responsabilidad para aquellos con quienes tenemos relaciones.

¿Cómo puede llegar a creer la gente que el inmigrante que deja su hogar, su familia para buscar mejor trabajo para así poder alimentar y educar a sus hijos, es una mala persona, una carga que debe despreciarse?

¿Cómo hemos llegado al punto donde nuestra única preocupación es mi carro, mi casa, mi trabajo, mi espacio, mi tiempo, mi opinión, mi utilidad, mi cuerpo, mi país solamente?

Individualismo tosco

“Cada quien por su cuenta” se ha convertido en una teoría social. El individualismo tosco de la frontera de EUA que inspiró a nuestros bisabuelos cuando abrían el Oeste y mataban a todos esos indigenas ha sido convertido en una nueva moralidad. Nadie es responsable, solo el que pierde. En alguna forma, el interés en los ‘60’s por los derechos humanos y el bien común, aun por los despreciados y los oprimidos, fue devorado en un movimiento de la sociedad que tiende al narcisismo y al interés personal, o el interés del grupo de uno, traducido a los movimientos de “derechos” de
hoy día.

En alguna forma la gente transfirió el interés por derechos humanos a los derechos individuales propios, a sexualidad humana, a hacer lo propio. En su desafío a combatir la aburrida conformidad, muchos pusieron su fe en lo secular, en la psicología, y en el proceso, rechazaron la moralidad como un concepto pasado de moda. Las virtudes tales como la humildad, el servicio de autosacrificio, honor, compromiso, constancia, caridad hacia otras personas, sin chismorreo destructivo, todos fueron descartados en favor de la búsqueda de la actualización personal.

Escritores modernos como Robert S. Goizueta y Robert Bellah y comentadores de antes como Toqueville nos dicen que el “individualismo” domina la cultura de los EUA. Permanece en el núcleo de la vida norteamericana, dicen ellos, y está profundamente enraizado en la historia social de Norte América. (Robert S. Goizueta, Caminemos con Jesús: Hacia una teología de acompañamiento Hispano /Latina. Orbis Books, 1995).

La primacía del ser individual es el corazón del individualismo norteamericano. Autonomía personal manda. Individuos autónomos, sin compromiso previo hacia otros, tienen el derecho de creer y actuar como deseen.

Individualismo vs. Personalismo

Cuando los autores criticaron recientemente el individualismo, un cirujano católico respondió, “Este Trabajador Católico, Casa Juan Diego, suena como individualismo para mí– individuos tratando de hacer algo sobre los problemas de inmigración. ¿No es esto individualismo?”

Contestamos, “No, esto es lo opuesto. Es personalismo” (de la filosofía de Mounier). El se quedo desconcertado.

Emmanuel Mounier, el padre del personalismo (Peter Maurin y Dorothy Day pusieron el cuerpo en estas ideas en el movimiento del Trabajador Católico) dijo, el “individualismo es la misma antítesis del personalismo y es su más querido enemigo.¦

Mounier describió los efectos del individualismo en la visión de nuestro vecino: “La sola visión de otro nos priva en cierta forma de mi universo, su presencia restringe mi libertad, su promoción es mi democión. Con respecto al amor, es una enfermedad mutua, un infierno¦ El mundo de otros no es un jardín de las delicias: es una provocación perpetua de auto disminución o incremento. La necesidad de poseer y superar interminablemente obstruye la comunicación” (Personalismo, Univ. of Notre Dame Press).

El individualismo entra al mundo por lo que puede obtener. Esto es pensamiento de la cultura de la Iluminación– que si todo el mundo busca sus necesidades en una forma racional, resultará el orden.

Mounier nos dice que “el individualismo es un sistema de morales, sentimientos, ideas, e instituciones en las que los individuos pueden ser organizados por su mutuo aislamiento y defensa. El hombre en abstracto, sin uniones a ninguna comunidad natural, el amo soberano de la libertad ilimitada y sin dirección; volteando hacia otros con desconfianza primaria, calculo y venganza; instituciones restringidas al seguro de que estos egoísmos no se usurpen los unos a los otros, o para como asociación de conveniencia para su pura utilidad–tal es la regla de la civilización ahora levantándose ante nuestros ojos, una de las historias más pobres conocidas por la historia.”

El Personalismo, por contraste, entra al mundo “encarnando lo espiritual por lo temporal,” sin comprometerse con lo anterior en ningún tipo de unión enfermiza de iglesia y estado o canonizando a uno y evadiendo los problemas concretos de la condición humana.

El individualismo lleva al conformismo

Alasdair McIntyre (Después de la virtud; ¿Cual Justicia? ¿Cual racionalidad? Univ. of Notre Dame Press) ha tenido una influencia significativa en el pensamiento con relación a los derechos y el individualismo en los últimos veinte años. El puntualiza que las sociedades de la Iluminación (incluyendo la nuestra) están comprometidas a la idea que no hay ningún bien predominante, que filosofía es una cuestión de opinión.

Si cada individuo es autónomo y no está conectado a ninguna tradición filosófica, religiosa o ética, no tenemos ninguna base para tomar decisiones excepto opinión personal. En este esquema “la persuasión no- racional reemplaza al argumento racional,” y nos quedan las encuestas de opinión, contar votos y preferencia de consumidores.

McIntyre hace hincapié de que lo que ha pasado en el individualismo democrático liberal (que incluye a ambos conservadores y liberales, Demócratas y Republicanos), una tradición y jerarquía han desarrollado para reemplazar las tradiciones y las jerarquías que fueron rechazadas–teología, por
ejemplo.

Continuando esta idea, Roberto Goizueta nos dice que en nuestra sociedad tenemos un voto individual: “Una persona, un voto.” Esto salvaguarda los ideales fundamentales de igualdad humana y derechos individuales, pero también los reduce a un mero número, “Uno”, un voto. Tomamos decisiones políticas contando los votos y estamos comprometidos a un contrato social, pero sabemos que una regla de mayoría no es necesariamente moral o ética. Por ejemplo, no perdemos sueño sobre las “así llamadas” situaciones sexuales del Presidente Clinton, pero estamos absolutamente seguros de que si el 51% de los Norte Americanos dicen que el es inocente, eso no tiene nada que ver con su culpabilidad o inocencia. Es simplemente la opinión del 51%de la población. Una vez que los artículos corporativos de moralidad y verdad son rechazados, debemos empezar a buscar por otro lado para medir la verdad y la moralidad. Con la exaltación de los derechos del individuo empezamos a buscar otras fuentes para afirmar nuestra identidad. El resultado irónico no es una sociedad de individuos autónomos únicos, sino una nación de conformistas que se fijan en la opinión de los otros o del “Santo Padre Estado” para ayuda en tomar decisiones y en manejar sus vidas.

Nuevamente inmigrantes marginados

Políticas que destruyen las familias de los inmigrantes son parte del individualismo contemporáneo.

La economía de los EUA se beneficia tremendamente de esta desestibilización a través de deportaciones y la militarización de la frontera, que fuerza al inmigrante a trabajar con más ahínco y por menores remuneraciones, escondido y clandestino, pero tan visible en tantos lugares de trabajo.

Los sociólogos de la religión ayudan a crear dualismos

El individualismo ha sido ayudado por sociólogos como Max Weber y Eugene Troeltsch, que han tenido tremenda influencia en como se percibe la religión en Los EUA.

John Milbank, en su libro de 443 paginas de texto denso, Teología y Teoría Social; Más allá de larazón secular (Cambridge: Blackwell, 1990), hace una contribución importante en su análisis de lo que ha pasado y desde la edad de la Iluminación con respecto a la sociología, otras ciencias sociales y la religión. El puntualiza que la sociología de la religión es actualmente “una teología y una iglesia disfrazadas, pero una teología y una iglesia dedicadas a promover un cierto consenso
secular.”

Los sociólogos de la religión como Max Weber insisten que hay una delimitación fijada a priori entre la religión/ substantivamente evaluativa como en contra de lo económico. Esto significa que la ética no puede criticar la economía. Se imaginan Uds. Weber también hace a la religión en su esencia, un acontecimiento extra-social. Esta privatización de la religión es la que ha llevado al abandono de la ética en la sociedad y a la creación de un sistema de valores falsos tal como lo politicamente correcto, que es a veces un frente para valores (orientados al consumidor) burgueses. Para los seguidores de la visión de Peter Maurin es sorprendente leer que Eugene Troeltsch fue tan lejos como para decir que la economía de las villas medievales, parcialmente influenciadas por normas substantivamente éticas, es una economía impropia—”una economía que no se ha definido totalmente así misma, y así como una esfera separada de la moralidad absoluta.”

Estos sociólogos son partes de una “ciencia,” que es de una cosecha muy reciente en la historia del mundo. Milbank puntualiza que los arquitectos de las ciencias sociales tuvieron que instituir o imaginar lo secular como dominio.

Estas ciencias nuevas permitiieron a gente como Machiavelo y Malthus a presentar hipótesis cuestionables como ciencia e introducir lo que Milbank llama una visión neo-pagana de la economía política y una absoluta celebración de lo rechazado por la teología cristiana, o sea el libido dominandi (el dominio del deseo). Milbank desenmascara las teorías de Malthus y su aseveramiento arbitrario de donde la población crece geométricamente, el alimento se incrementa solo en forma aritmética, con sus consecuentes efectos alarmistas negativos en percepción de los pobres y en cuestionamientos de población del siglo 19 y que continúan hoy en día.

Malthus y sus seguidores, los que han sido desacreditados tantas veces, tienen que ser resucitados periódicamente por personalidades del fin del mundo, e.g., Las predicciones de que si la gente continúa teniendo hijos, la tierra perecerá. Contrario a las predicciones de Malthus, el hecho es que mientras que la población de la humanidad se duplica, el costo de las materias primas se reduce
a la mitad. (Stephen Rosenfeld, Houston Chronicle, 14 de febrero , 1998).

Antes de que estas “ciencias” llegaran, no había separación secular de una vista global más comprensiva. La visión de nuestro mundo era una, no el dualismo, la división entre el Cielo y la tierra, entre lo secular y lo sagrado, entre la persona individual y la fe de la comunidad, aunque teológicamente, la separación de la naturaleza y la gracia ya había ingresado después del siglo XIII (Ver Hans Urs von Bakthasar, La Gloria del Señor, Una Teología Estética, Vol. 1. Ignatius Press).

Balthasar describe tan bien lo que pasa cuando el dualismo mencionado arriba triunfa: “Pero cuando la relación entre la naturaleza y la gracia (entre el mundo y el Dios de Jesucristo) está separado,–entonces la plenitud de todo el mundo cae bajo el dominio del conocimiento, y las fuentes, y las fuerzas de amor inmanentes en el mundo son abrumadas y finalmente sofocadas por la ciencia, tecnología y la cibernética. El resultado es un mundo sin mujeres, sin niños, sin reverencia en pobreza y humillación–un mundo en el que el poder y el margen de utilidad son el único criterio. Donde los desinteresados, los inútiles, los sin propósito, son despreciados, perseguidos y al final exterminados–un mundo en el que el arte mismo está forzado a adoptar la máscara y las características de la técnica.¦ (Solo Amor, Herder y Herder).

Mas allá del dualismo y el individualismo

La teología de Balthasar está protegida del dualismo en parte debido a la influencia a través de
toda su vida de la mística de la mujer médica que ayudaba a los pobres, Adrienne von Speyr. El dijo claramente que su teología no podía estar separada de la de ella.

Maravillosa penetración se desprende de esta necesidad de la “teología de rodillas” mística/intelectual complementaria de hombre/ mujer ante la gloria de Dios: “Exito no es uno de los nombres de Dios, pero fuego consumidor si lo es.”

En Corazón del Mundo, Centro de la Iglesia (Eerdemans, 1996), David L. Schindler presenta una visión de la vida cristiana basada en la teología de Balthasar y Speyr que es la antítesis del dualismo y
el individualismo. Los cristianos que quieren enfrentar al mundo en una forma más allá de la auto-absorción, la búsqueda del placer y cosas y seguridad, más allá de la violencia, más allá del individualismo tan enraizado en nuestra sociedad, necesitan buscar otro modelo. Schindler enfatiza que sin los modelos de Jesús y María, que ejemplifican la pasión de total entrega (fiat, receptividad al mundo de Dios), es natural sucumbir al individualismo. Cada persona es llamada por Dios a una misión en el mundo, junto con la de Jesús y María en su receptividad al mundo y con otros miembros del cuerpo de Cristo (la Iglesia). Esta misión, una participación en la misión de Jesucristo a través de la gracia, no puede ser separada de la contemplación de la Cruz, de las manifestaciones en nuestro mundo de la cara desfigurada de Cristo (los pobres, los rechazados, los sufrientes).

Balthasar sumariza la misión cristiana como obediencia al mundo de Dios en amor, “que se convierte en obediencia en la misión, trabajo y sufrimiento. Los esfuerzos para superar el individualismo sin esta “pasión de auto entrega” cae en terreno
superficial. A menos que la contemplación penetre nuestro trabajo y acciones, ellas se “invertirán hacia afuera a una acción de dureza,” como una maquina sin alma. Nosotros constantemente encaramos este peligro en el movmimiento Trabajador Católico tratando de servir a los pobres.

Teología hispana en los EUA

Robert Goizueta presenta a la comunidad hispana de los EUA como un modelo de unidad de vida y fe que rehusa “aceptar dicotomías fáciles entre naturaleza y supernaturaleza, entre cuerpo y espíritu, entre el Jesús histórico y el Cristo de fe, entre individuo y comunidad, entre comunidad e institución, entre público y privado, entre afecto e intelecto.” El relaciona esto a la experiencia del mestizaje, ser parte de dos mundos.

Lo que define Goizueta como fundamento para una teología hispánica de los EUA, y finalmente, para todas las teologías, es la opción por los pobres. (El Catecismo de la Iglesia Católica también enfatiza el amor preferencial de la Iglesia por aquellos oprimidos por la pobreza. No. 2448).

Goizueta desafía el relativismo de la visión post-moderna en el particularismo y pluralismo del relativismo de hoy, donde todos tienen el mismo valor y ninguno puede ser preferido. El dice fuertemente que, “Cualquier habla de solidaridad, comunidad, libertad o paz separada de la realidad concreta de la Cruz, abandono humano, alienación, opresión, y desunión serán inevitablemente e históricamente separados y entonces, por lo tanto, perpetuarán la marginalización y exclusión cultural.”
blasfema.”

Camino alternativo

La gente joven recién graduada de la universidad que viene al Trabajador Católico de Houston sin haber encontrado las respuestas al significado en nuestro mundo sea en el capitalismo, consumismo o comunismo. Ellos se preguntan, “¿Hay alguna forma de vivir fuera del consumismo, el motivo de la utilidad pelear por salarios mas altos?” Sus profesores en la universidad les dijeron que no había alternativa al capitalismo o el comunismo.

Los jóvenes están encantados al encontrar que hay otro camino, el camino de Dorothy Day y Peter Maurin, que vivieron los Evangelios en un compromiso con el mundo. Es un camino que significa trabajar en una escala mas pequeña no burocrática, siguiendo los principios de las encíclicas papales de solidaridad subsidiaria y el bien común. Significa personalismo mejor que individualismo y los modelos de la vida de los santos.

Entregar todo y seguir a Jesús en el Trabajador Católico fortalece a la gente y les da el vigor para vivir el camino alternativo.

El apuntalamiento de contemplación, personalismo, pacifismo y pobreza voluntaria permiten una nueva forma de servir a los pobres, especialmente aquellos que no pueden ser ayudados en otra parte. La visión del Trabajador Católico es también forma alternativa de vida, una forma de vivir un tipo de cristianismo comprometido descrito por Fr. Raniero Cantalamessa, O.F.M.: “El secreto consiste en un ofrecimiento total de sí mismo sin retener nada. Jesús era una oblata total en la Cruz. No había una célula en su cuerpo o sentimiento en su corazón que no se lo ofreciera al Padre. Cualquier cosa que retengamos para nosotros mismos está perdido, porque solo poseemos lo que damos.” Lo que guardamos para nosotros para mantener un margen de libertad para con Dios contamina todo el resto. Es la pequeña hebra de seda de la que habla San Juan de La Cruz que evita que el ave pueda volar.

Dorothy Day y Peter Maurin sabían que el vivir nuestra fe podría ser mejor expresado en hacer todo por Cristo en los trabajos de misericordia corporales y espirituales mejor que en los trabajos de la guerra, en ver a Cristo en los pobres.

Dorothy lo dijo tan bien en su famoso ensayo, “Espacio para Cristo”: “Si no tuviésemos las propias palabras de Cristo, parecería locura rabiosa el creer que si yo ofrezco cama, comida y hospitalidad a algún hombre mujer o niño, estoy actuando la parte de Lázaro o Marta o María, y que el huésped es Cristo. No hay nada que lo indique, tal vez. No hay aureolas brillantes alrededor de sus cabezas–por lo menos que los ojos humanos puedan verlas.

En la vida humana de Cristo, siempre hubo algunos que suplieron la negligencia de la muchedumbre.” Nosotros también lo hacemos, exactamente como ellos lo hacían. No hemos nacido demasiado tarde. Lo hacemos al ver a Cristo y servir a Cristo en los amigos y en los extranjeros, en todos con los que entramos en contacto.

Todo esto puede ser probado, si las pruebas son necesarias, por las doctrinas de la Iglesia. Podemos hablar sobre el cuerpo místico de Cristo, de la vid y los racimos, sobre la Comunión de los Santos. Pero Cristo mismo lo ha probado para nosotros, y nadie tiene que ir mas lejos que esto.

Trabajador Católico de Houston, Vol. XVIII, No. 3, mayo-junio 1998.