header icons

Viacrucis de un migrante

I. JESUS ES CONDENADO A MUERTE

Jesús tú eres sentenciado injustamente por tus enemigos. Yo conozco lo
que sientes.

Muchos de nosotros hemos sido condenados a muerte lenta, por el hecho de pensar y por inspirarnos en la Biblia y en tu mensaje. Nuestros hijos
ya están condenados a la muerte por el hecho de cargar en sus espaldas
parte de la deuda externa, condenados a morir por el deterioro de los
servicios de salud, condenados a morir analfabetas porque la educación
se está volviendo privilegio de pocos.
Lector: Jesús es condenado injustamente.
Todos: Ayúdanos a nosotros que hemos sido condenados injustamente.

II. JESUS CARGA CON LA CRUZ

Jesús, tú aceptaste la cruz por nosotros. Yo también tengo muchas
cruces, siete cruces de responsabilidad. Para ser exacta, siete hijos
que criar sin un padre, sin esposo y sin ningún apoyo. Siete niños
sufriendo de desnutrición. Gracias a Dios, he conseguido, aunque sea por tres meses, un puesto de trabajo como empleada doméstica, lo que me alcanzará para sobrevivir y mantenerlos vivos.
Lector: Jesús necesitamos tu ayuda para seguir adelante.
Todos: Danos la fe para no flaquear.

III. JESUS CAE POR PRIMERA VEZ

Jesús cae bajo el peso de la cruz. Ayúdanos a no caer bajo el peso de
nuestras cruces de cada día: pobreza, desánimos, vacilaciones, falta de
esperanza. Nosotros los migrantes andamos de un lado a otro en este
país y porque muchas veces hemos caído no somos bienvenidos.
Lector: Señor, tú que caíste bajo el peso de la cruz.
Todos: Ayúdanos a no ser amargados.

IV. JESUS ENCUENTRA A SU MADRE

Los ojos de Jesús y de su madre se encuentran. Recuerdo la última vez
que ví a mi familia. También recuerdo el semblante de esperanza de los
que salimos en búsqueda de un futuro mejor. Yo sabía que el camino sería largo e incierto.
Lector: Madre, patrona de aquellos tentados por el desconsuelo.
Todos: Ayúdanos a encontrar en tu rostro el consuelo que Jesús encontró
en el tuyo.

V. SIMON, EL CIRINEO AYUDA A JESUS CON LA CRUZ

Dicen que Simón se convirtió después de ayudar a Jesús en la cruz.
Jesús, por favor conviérteme mientras yo llevo mis cruces con la tuya.
Concédenos no decaer en nuestra búsqueda y llévanos a nuestra
conversión, siguiendo el ejemplo de tantos otros que no desfallecen en
esta lucha.
Lector: Jesús ayudado por Simón.
Todos: Enseñanos a cargar nuestra cruz con dignidad.

VI. VERONICA LIMPIA EL ROSTRO DE JESUS

Verónica ve tu rostro sangriento, lo limpia con su pañuelo nuevo. Queda
sí tu rostro impreso en su pañuelo, pero más aún, queda tu lucha impresa
en su corazón.
Lector: Señor Jesus que sufriste tanta injusticia.
Todos: Impregna nuestros corazones y nuestras vidas con tu amor y tu
fuerza.

VII. JESUS CAE POR SEGUNDA VEZ

Jesús, el peso de tu cruz es demasiado y nuevamente caes. Mi cruz es
muy pesada también, Señor. Es tan difícil. La gente me llama “vago” y
“haragán” como si fuera un delicuente. Quisiera regresar a mi pueblo,
pero no puedo, porque allá la situación se ha puesto peor.
Lector: Jesús que levantas una segunda vez.
Todos: No dejes que me marginen por mi condición de migrante.

VIII. JESUS LE HABLA A LAS MUJERES DE JERUSALEN QUE LLORAN

Jesús, tú estás sufriendo, pero aún así les hablas a las mujeres de
Jerusalén que lloran y que conocen tu dolor. Tú las reconfortas.
Jesús, nosotros necesitamos que aún hoy les hables a estas mujeres que
sufren. A estas mujeres que lloran a ver su hijos criendo a medias o
trabajando en las calles en condiciones infrahumana. Necesitamos que
hables a las mujeres, que tienen que vender su cuerpo para sobrevivir o
que son explotadas en su trabajo.
Lector: Jesús, tú que confortaste a las mujeres de Jerusalén.
Todos: Conforte hoy, tambíen, a las que lloran.

IX. JESUS CAE POR TERCERA VEZ

Jesús, tu cruz es tan pesada como la mía, pero tú me inspiras a
continuar. Mi cruz se vuelve tan pesada cuando me dicen: “Aquí no hay
trabajo,” “Regresa a tu pueblo que aquí sos un estorbo.” Y no puedo
nacer nada ante eso.
Lector: Señor perdónalos.
Todos: Porque no saben lo que hacen.

X. JESUS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS

Jesús, tú perdiste hasta lo último de tus posesiones. A mi también me
han quitado todo: la tierra para trabajarla, la confianza en la
organización para luchar por mis derechos, la posibilidad y el tener
acceso a la salud y educación.
Lector: Jesús, quédate connmigo y ayúdanos a no caer en el abismo del
desconsuelo.
Todos: Ayúdanos a los que no tenemos nada más que nuestra fe.

XI. JESUS ES CLAVADO A LA CRUZ

Jesús, es tan cruel y tan injusto lo que te hicieron. Ahora a nosotros
los migrantes nos clavan en la cruz de la pobreza, de la marginación, de
la ignorancia y de las escasas oportunidades de trabajo.
Tengo tantas preguntas que hacer:
¿Para qué tantos préstamos millonarios? ¿Por qué gastar tanto dinero en
armas y ejército? ¿Por qué solo algunos tienen acceso a la salud,
educación y trabajo?
Lector: Jesús fuiste el primero en combatir el desconsuelo.
Todos: Ayúdanos a no desconsolar.

XII. JESUS MUERE EN LA CRUZ

Jesús, en tu cruz uniste lo divino con lo humano. Moriste siendo
acusado de incitar a la gente, de ser político, de ser revolucionario.
Si tú comenzaste una revolución fue una revolución de amor. No dejes
que muramos odiando.
Lector: Jesús diste tu vida por nosotros, pero no en vano.
Todos: Que la muerte de tantos hermanos migrantes no sea en vano.

XIII. JESUS ES BAJADO DE LA CRUZ

Tu cuerpo mutilado es bajado de la cruz y puesto en los brazos de tu
madre. Jesús yo sé lo que es un cuerpo mutilado. Yo he tenido en mis
brazos el cuerpo de un compañero que fue muerto por los asaltantes
cuando intentábamos ir a los E.U.A. como “mojados.” ¿Qué podemos hacer? Debemos tener fe que la muerte no es en vano y creer en la resurrección.
Lector: Jesús mutilado por los soldados.
Todos: Enséñanos a perdonar a los que en esta sociedad nos mutilan las
esperanzas, las ilusiones y nuestros cuerpos.

XIV. JESUS ES ENTERRADO EN LA TUMBA

Aquellos a quien tú tanto amaste te enterraron. Ellos pueden regresar
tu cuerpo a la tierra, pero no podrán destruir tu espíritu. Tú vas a
resucitar. Tú nos das la esperanza que también nosotros vamos a
resucitar.
Lector: Jesús que moriste y resucitaste de entre los muertos.
Todos: Ayúdanos a tener fe en tu muerte y resurrección.

XV. RESURRECCION

Ellos mataron el cuerpo pero no podrán matar el espíritu. Jesús, tu
dijiste: “Yo soy la resurrección y la vida.” Ayúdanos a tener la fuerza
para poder continuar nuestra jornada, para combatir el desconsuelo, para ser liberados de la opresión y del pecado.
Lector: Nosotros te adoramos, oh! Cristo y te bendecimos.
Todos: Porque por tu santa cruz, tú has redimido al mundo.

Trabajador Católico de Houston, Vol. XVII, No. 2, marzo-abril 1997.
(de la Pastoral de Movilidad Humana, Tegucigalpa, Honduras)