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Santa Catalina de Siena inspiró a Dorothy Day y Peter Maurin

Este artículo, el quinto en una serie sobre los santos, filósofos y guías espirituales que tuvieron influencia sobre Dorothy Day y Peter Maurin en su visión y manera de vivir el movimiento del Trabajador Católico, presenta a Sta. Catalina de Siena.

Dorothy había leído una biografía de Sta. Catalina de Siena antes de conocer a Peter Maurin. En dos de sus libros, La larga soledad y Panes y Pescados, ella nos cuenta del entusiasmo de Peter Mauirn por compartir con ella acerca del papel de Sta. Catalina en la historia y de su esperanza de que Dorothy la imitara a ella, cuando el dijo, envolviéndose en una discusión de las cartas de Sta. Catalina a los Papas y a otras figuras públicas del siglo catorce: “Ah, aquí estaba una santa que tuvo influencia en sus tiempos!” Dorothy también dijo, “Antes de que me conociese bien, Peter me comparaba a una Catalina de Siena que podía mover montañas y tener influencia sobre gobiernos, temporales y espirituales. El era un hombre de entusiasmo y siempre veía grandes talentos en la gente.” Pero Dorothy nos dice que ella no se apresuró a tomar este papel:

“A él le hubiera gustado ver en mí otra Catalina de Siena, que valientemente confrontaría a obispos y magnates de Wall Street. Yo lo desilusioné al preferir la segunda fase de su programa, buscar y ayudar a los pobres a través de las obras de alimentar, vestir y dar albergue, en lo que él llamaba “casas de hospitalidad.” (Trabajador Católico, (Nueva York) mayo, 1973).

Sin embargo, más tarde Dorothy si desempeñó ese papel, confrontando oficiales acerca de la guerra, las instrucciones preparando para incursiones aereas, la proliferación de armas, injusticia contra trabajadores y sobre los problemas de inspección de edificios para las casas de hospitalidad.

Y ella lo hizo, de hecho, ultimamente, tuvo influencia sobre gobiernos, temporales y espirituales.

Brigid Merriman, en su libro Buscando a Cristo: la espiritualidad de Dorothy Day, nos dice que el uso frecuente de citaciones por Dorothy Day derrivadas de Sta. Catalina sugiere que ella había leído El Diálogo de la santa o por lo menos una biografía substancial que contenía pasajes largos de los escritos de la santa.

Cuando Dorothy citaba a Sta. Catalina en sus escritos, ella enfatizaba especialmente una frase: “Todo el camino hacia el cielo es el cielo porque El dijo Yo soy el camino.” La frase se relaciona a la idea de Sta. Catalina de ver a Cristo como el puente entre el cielo y la tierra por razon de que él se había unido con la humanidad. En la imagen que tenía Sta. Catalina del puente, había tres escalones, que son los tres estados espirituales. El Hijo es el Camino, en la imagen de un puente.

Catalina, una gran mujer lider, es un modelo para mujeres y hombres cristianos de hoy. Ella llevaba el mensaje de Dios a las autoridades civiles y religiosas de su tiempo. Ella le dijo al Papa lo que el debía de hacer. Tenía un gran número de discípulos que la seguían que incluía muchos hombres. Ella era una voz de mujer muy poderosa en la Iglesia. ¿Como se convirtió en una mujer tan poderosa en el siglo catorce? ¿De donde provenía este poder?

Ella era una mujer santa con un profundo amor por el Cristo crucificado, que vivía literalmente en oración. Ella ayunaba tanto que a veces vivía solamente de la Eucaristía. Ella buscaba no su propia voluntad, sino el plan de Dios, amando al Señor en sus prójimos y llevaba Su mensaje al poder–pero siempre el mensaje del Señor, no el propio.

Catalina es un ejemplo de lo que Adrienne von Speyr y Hans Urs von Balthasar llaman la Iglesia Juanina–la Iglesia de amor como ejemplificada en Nuestra Señora y el discípulo amado Juan, parado al pie de la Cruz, visto en el testimonio de los santos que complementa (pero no está separada de) la Iglesia Petrina, la jerarquía. De hecho, Balthasar nos recuerda que una mujer, María la Madre de Dios, es más importante en la Iglesia que aun cualquier Papa. Ella es la Reina de los Apóstoles, sin reclamar poderes apostólicos para si misma.

En otra imagen fascinante, San Agustín llamó a otra mujer, María Magdalena, Apóstol de los Apostóles, porque ella fue la primera en hablarles de la Resurrección.

Uno puede comprender porque Catalina, esta mujer fuerte y apasionada de la “iglesia de amor” era presentada por Peter Maurin como un modelo. Ella continúa siendo un modelo para el Trabajador Católico y todos los cristianos.

Catalina vivió de 1347 a 1380. Fue la hija número 24 de una familia con 25 hijos. Como una niña chica era muy devota y su primer biógrafo, su confesor Raymond de Capua, nos dice que ella dedicó su virginidad a Dios cuando tenía siete años, pero no vivía en un convento. Como parte de un grupo conocido como las “Mantelatas” ella vivía en su propia casa y se esperaba que ella atendiera a los pobres y a los enfermos de la comunidad.

Después de haber recibido su hábito, ella pasó tres años en soledad, silencio y oración en su cuarto, saliendo a Misa en la iglesia de la parroquia por las mañanas. Después de tres años ella tuvo una intensa experiencia mística y por mandato del Señor, salió de su soledad para cocinar y ayudar a su familia, al igual que a los pobres y enfermos de la comunidad. Pero su contemplación continuaba en medio de sus actividades. Un círculo de amistades empezó a reunirse con ella y a discutir teología e interpretaciones bíblicas. Sus experiencias místicas continuaron, de hecho, a veces se le pedía que se quedara en la parte de atrás de la iglesia durante la Misa para que sus trances y elevaciones no perturbaran a otros.

Catalina atendía a los enfermos y moribundos aun durante las infestaciones de la plaga. Ella seguía los mandados de Dios de escribir cartas y de intervenir con los políticos y aun de hablar al Papa para tratar de resolver los problemas escabrosas del día. Mucha gente pedía sus oraciones cuando ellos tenían grandes necesidades.

Algunos le han llamado mística social. Suzanne Noffke le llamó más propiamente una “mística activista.” Tenía un tremendo sentido de la interdependencia de los miembros del Cuerpo de Cristo. Sus oraciones se concentraban en Cristo y Su amor, pero también en los otros miembros del Cuerpo de Cristo y todos los posibles miembros, aquellos visibles en quien ella podía servir al Señor, al igual que aquellos del mundo entero.

Catalina fue proclamada una doctora de la Iglesia por el Papa Pablo VI, una de las únicas dos mujeres que recibieron este título.

Ni Catalina ni Dorothy Day se consideraban víctimas como mujeres católicas. Llenas de amor de Cristo, especialmente para los pobres, ellas se dedicaron a transformar el mundo.

PROCEDENCIAS:

Brigid O’Shea Merriman, O.S.F., Searching for Christ: the Sprirituality of Dorothy Day. (Buscando a Cristo: la espiritualidad de Dorothy Day). University of Notre Dame Press, 1994.

Santa Catalina de Siena. The Dialogue. (El Diálogo.) Traducida al inglés y con una introducción por Suzanne Noffke. Paulist Press, 1980.

Sigrid Undset. Catherine of Siena (Catalina de Siena). Sheed and Ward, 1954.

Trabajador Católico de Houston, Vol. XV, No. 7, noviembre 1995.