Este es el segundo artículo en una serie sobre los santos y filósofos que influyeron a Peter Maurin y a Dorothy Day al desarrollar el Trabajador Católico.
Una de las pérdidas más grandes para el movimiento Trabajador Católico fue la muerte prematura de Padre Virgil Michel, O.S.B., durante los primeros días del movimiento.
P. Virgil Michel fue un amigo de Peter y de Dorothy y un gran lider en el movimiento litúrgico en los Estados Unidos, que ayudó a preparar el camino para Vaticano II. Este movimiento, que formaba parte del renacimiento católico al principio del siglo, se volvió hacia los Orígenes de la Iglesia primitiva y hacia las Escrituras Sagradas para comprender el corazón de la liturgia como alabanza del Cuerpo de Cristo, intrincadamente unida a la enseñanza de la Iglesia sobre el servicio a los pobres y en justicia social para los miembros del Cuerpo de Cristo que sufrían.
El Trabajador Católico estaba ligado no solamente a Virgil Michel sino también a la comunidad de monjes benedictinos de St. John’s Abbey en Collegeville, Minnesota. La dedicación benedictina a la hospitalidad fue una gran influencia sobre la espiritualidad del Trabajador Católico centrándose en hospitalidad hacia los pobres.
Virgil Michel tenía la inimitable abilidad de unir la conciencia social al carácter social de nuestro culto, especialmente la liturgia de la Eucaristía. Creía que nuestra responsabilidad hacia el prójimo, sea creyente o no, provenía del hecho de que estábamos unidos el uno al otro en el Cuerpo de Cristo y la Eucaristía.
Padre Michel consideraba que nuestra participación en la liturgia era una acción transformante. Seríamos transformados al asistir a la Misa, al abrir nuestros corazones y mentes a la Palabra de Dios de la Biblia en las celebraciones eucarísticas. Seríamos transformados por esta acción. Igual a muchos liturgistas pensaba que mucha más gente iría a Misa si tuviera la oportunidad de oír la palabra de Dios proclamada en español en vez de latín.
Virgil Michel estaría muy perturbado, especialmente ahora que hemos adquerido una renovación litúrgica y celebramos la Misa en español, si no se comprendiera la conexión entre la participación en la liurgia y el cambiar la vida de uno para vivir el Evangelio, penetrando dentro de estos misterios para ser transformado más y más, vistiéndose de Cristo y ayudando a otros como hizo el Señor mismo.
Padre Michel fundó una revista litúrgica, Orate Fratres (ahora llamada Worship) e insistió en una renovación de la imagen Paulina del Cuerpo de Cristo, una idea en remisión en ese tiempo.
Este énfasis se relacionaba con el de los pensadores personalistas (e.g., Mounier, Maritain). Además de animar la recepción más frecuente de la eucaristía y la participación activa en la liturgia, el movimiento litúrgico recalcaba la responsabilidad personal en llevar a cabo la enseñanza social católica.
Trabajador Católico de Houston, Vol. XV, No. 4, mayo-junio 1995.