Llamando la atención a la gente
Sucedió así.
Sue David, Trabajadora Católica, nos dejó una nota diciendo que Lori Rodriguez delHouston Chronicle vendría en la mañana a hablar acerca de las nuevas recomendaciones de Barbara Jordan sobre el control de nuestras fronteras.
Conocíamos las recomendaciones de Barbara y aunque no nos sentíamos a gusto con ellas, aún estábamos agobiados por el artículo devastador de la Proposición 187 en California. Nosotros, Luisa y Marcos, hablamos acerca de cómo responder a las preguntas de Lori.
Fue un artículo en el periódico del Trabajador Católico de Atlanta por Murphy Davis, una ministra presbiteriana, que nos inspiró. A un ministro presbiteriano, fumador de pipa, se le preguntó, según Davis, ¿qué le pasa a la gente que no obedece las “recomendaciones” que se encuentran en el Capítulo 25, versos 31 y los siguientes en el Evangelio de San Mateo? En Mateo 25 Jesús dice a aquellos a su derecha, “Vengan benditos de mi Padre al Reino. Porque yo tenía hambre y tú me alimentaste. Tenía sed, y tú me diste de beber, era un extraño y tú me acogiste…”
Temerosos de Publicar
Tememos publicar lo que Jesús dijo a aquellos a su izquierda después de decirles que, “Yo tenía hambre, sed, estaba sin hogar y tú no me ayudaste.” El antiguo ministro presbiteriano, fumador de pipa, lentamente después de unas cuantas bocanadas de humo de su pipa, acomodó el tabaco y dijo, “Yo supongo que ellos van al infierno.” Pensamos que si un presbiteriano liberal podía decir eso, indudablemente nosotros también podríamos hacerlo. Y así dijimos, en la primera página, después de una introducción por Lori Rodriguez, que decía que nosotros siempre nos quemábamos hacia el suelo. (Hubo dos fuegos en la historia de Casa Juan Diego.) “Nosotros estamos opuestos a la inmigración porque es muy destructiva para las familias. Pero no estamos opuestos al inmigrante. Tenemos que cuidarlo. Tenemos que quererlo. Esa es la enseñanza católica. La gente que rechaza a los inmigrantes está cometiendo un pecado y va a ir al Infierno.” Hubo algunas respuestas interesantes al artículo del Chronicle y un derrame de simpatía por el inmigrante.
Otras preguntas
Pregunta. ¿Dónde encuentran ustedes frutas y verduras para distribuir cada semana a las muchas personas con hambre en Houston?
Respuesta. El Banco de Comida de Houston las da gratis. Nosotros compramos frijoles y arroz del Banco de Comida.
P. ¿Dan hospitalidad a los que no son católicos?
R. Muchos de nuestros huéspedes no son católicos. En realidad, algunos desprecian a los católicos y a la Iglesia.
P. ¿Por qué albergan a las persona que desprecian a los católicos?
R. Respondemos según la necesidad, no la creencia.
P. ¿Dan hospitalidad a personas de México o solamente a los de Centroamérica?
R. La mayoría de las personas en nuestras casas son de México o de descendencia mexicana.
P. ¿A cuantas personas han dado ustedes albergue durante unas cuantas horas o incluso unos cuantos años, creen ustedes?
R. A más de 35,000.
P. Rocky Vaccaro dice que la gente desdeña el frasco en su librería para donaciones a Casa Juan Diego, diciendo, Marcos y Luisa traen ilegales a este país.” ¿A cuantas personas, legales o ilegales, han traído ustedes a Houston?
R. Ninguna.
P. ¿A los Estados Unidos?
R. Ninguna.
P. ¿Qué palabra usan ustedes para “mojados” o “ilegales”?
R. “Indocumentados” o simplemente “personas.”
P. ¿No se preocupan ustedes por enfermedades, olores y contagio?
R. No. La gente de Casa Juan Diego es mucho más limpia que el ciudadano común y se preocupa más acerca de las enfermedades y su salud. Es por eso que nuestros doctores son una bendición para nosotros.
P. ¿Por qué hay tantos inmigrantes? ¿Vienen todos a los Estados Unidos?
R. No, existe una enorme migración entre países en, por ejemplo, América Latina y Africa. La “nueva economía global” ha hecho la vida tan dura que la gente desesperadamente viaja a otros países buscando trabajo para que sus familias puedan vivir. Algunos opinan que las migraciones mundiales al presente son las más grandes desde el siglo cuatro A.D. El porcentaje de inmigrantes a los Estados Unidos es muy bajo.
P. La gente que trabaja por justicia social habla mucho acerca de cambiar la estructura social que daña a la gente y de no hacer “trabajo de vendaje,” como dar de comer a los que tienen hambre, vestir al desnudo y alojar a los desamparados.
R. Nosotros pensamos que es mejor ir a los pobres, trabajar con los pobres, si vamos a conocer los sistemas injustos que causan la pobreza. Las personas mejor informadas acerca del sistema de bienestar, sistemas médicos y educacionales, serán los que trabajan con los pobres. Estas obras de misericordia nos conducen a conocimientos y soluciones más pronto que las reuniones, organizaciones, cadenas de organizaciones, oradores, juntas, pláticas, correspondencia, información y referencias. FAXes, correspondencia electrónica y otros tipos de comunicación frecuentemente resultan sólo en palabras y más palabras. Sin embargo han sido efectivos en el Tercer Mundo donde el correo regular no es confiable–y donde la gente que trabaja con los pobres puede mandar comunicaciones al instante a gente apoyadora en E.E.U.U. o en otros países que se pueden comunicar con oficales de gobierno y otros que forjan reglamentos. Sentimos la necesidad de una unión entre las obras de misericordia y el cambio de sistemas injustos que causan la pobreza.
P. ¿Les dicen gracias las personas cuando se van de Casa Juan Diego?
R. No, nosotros les damos gracias a ellos por habernos permitido vivir por un momento el Evangelio.
P. ¿Qué les dicen a ustedes los que han vivido en Casa Juan Diego cuando los ven después en la tienda de abarrotes o en el correo?
R. Nos sonríen con gusto o dicen, “¿Se acuerdan de mí? Ustedes me dieron una máquina de coser hace 10 años para ayudarme a empezar.” No nos acordamos exactamente, pero nos agrada la idea–como haberles dado una vara para pescar en vez de un pescado.
P. ¿Cómo pueden hacer funcionar un lugar sin pagarle a nadie?¿No dirá la gente, “Soy voluntario, yo no necesito hacer esto…”?
R. Nuestros voluntarios no lo son en el sentido común. Son personas totalmente dedicadas que trabajan día y noche cada día y que no trabajarían por ninguna cantidad de dinero. Una vez que ellos tienen la visión, es fácil. Tienen un día libre cada semana.
P. Si ustedes no pagan a la gente, ¿cómo pueden estar seguros que harán un trabajo profesional?
R. Nuestros Trabajadores Católicos, ya sean doctores, excavadores de zanjas, abogados, plomeros, con título o sin ningún estudio, hacen un trabajo profesional, i.e., tratan a la gente pobre con mucho respeto. Evadimos las curiosidades del profesionalismo: oficinas elegantes, secretarias, recepcionistas, la separación de la gente y el síndrome de 9 a 5.
P. ¿Tratan ustedes de ayudar a toda la gente necesitada en Houston?
R. No, no existimos para duplicar otros servicios. Si cualqier agencia puede remediar la necesidad, nosotros recomendamos el uso de sus servicios. Por ejemplo, tenemos un centro grande para mujeres maltratadas y muchos servicios transicionales para ellas, pero de ninguna manera queremos competir con el Centro de Mujeres o reemplazarlo. Nuestro trabajo es con aquellos que no pueden ser atendidos en otra parte–es decir, con gente que está tan desesperada que nadie quiere ayudarla.
P. ¿De dónde vinieron todas esas pinturas sagradas que cuelgan en su lugar?
R. Artistas locales interesados en los pobres–o vienen con la ropa usada y los muebles.
P. ¿No se preocupan de que alguna de su gente pueda ser ilegal?
R. Cuando alguien viene a la puerta toda golpeada con los dedos saliéndose de los zapatos y los pies como melones, es muy tarde para preocuparse. Además, nosotros sabemos lo que pasa a los que dicen, ¡No! (Vean los primeros párrafos.)
P. Con la terminación del comunismo, ¿la vida está mejor para la gente?
R. Es mejor para aquellos católicos que trabajan con los pobres y tratan de aplicar enseñanzas católicas sociales. ¡No se los ve como comunistas!
P. ¿Se preocupan ustedes por las causas de las mujeres, los derechos de las mujeres?
R. Sí, especialmente por mujeres pobres y mujeres del Tercer Mundo, donde son explotadas en las maquiladoras–las fábricas de E.E.U.U. o de compañías transnacionales que buscan labor barato.
P. ¿No se sienten un poco no-americanos trabajando por nada?
R. “Las personas en nuestra posición realmente tenemos que morir a nosotros mismos y nuestras posesiones para obtener la espiritualidad de los pobres y oprimidos… Estoy tratando ahora más y más de entender el problema del pecado social del Primer Mundo.” (Jean Donovan, asesinada en El Salvador)
P. Puesto que las guerras en Centroamérica han terminado, ¿ha disminuido la violencia y subsecuentemente la inmigración?
R. En agosto la Oficina de Derechos Humanos del Obispo en Guatemala reportó un 68% de aumento de violaciones de derechos humanos en los primeros seis meses de este año comparado con 1993. La oficina reportó 166 ejecuciones extrajudiciales, 348 asesinatos, 129 atentados de asesinato y 30 desapariciones forzadas entre enero y julio. En 1993, durante el mismo período, la oficina reportó 70 ejecuciones extrajudiciales y 229 asesinatos. (De “Reporte de Centroamérica,” Washington, D.C., octubre 1994)
P. ¿Por qué se quejan tanto del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional?
R. Las obras de misericordia nos han traído cerca de los problemas de los latinoamericanos pobres y los obispos y esto nos da una percepción de los reglamentos de estas instituciones para los pobres. No estamos, necesariamente, completamente opuestos a las economías del mercado, pero nos oponemos al hecho de que la mayoría de los mercados están dominados más y más por compañías globales que no tienen que responder a nadie, que dejadas a las estrategias de los mercados sin regulaciones, ponen a los trabajadores, comunidades y aún naciones el uno contra el otro para obtener las condiciones más baratas–y queremos decir mortalmente baratas–en las cuales producir sus productos. No se pagan sueldos para sobrevivir. Las economías del mercado libre invariablemente concentran el poder económico en manos de unos cuantos exportadores ricos, patrones y los explotadores de recursos naturales. Como resultado, el sendero del desarrollo privado termina siendo profundamente no democrático. El Banco Mundial y FIM apoyan estas prácticas no democráticas. El capitalismo sin rienda como lo conocemos hoy en América Latina ha sido condenado por todos los Papas desde León XIII (1893).
P. ¿No creen ustedes que los pobres del Tercer Mundo deben cesar de tener tantos hijos y de usar los recursos del mundo?
R. La vasta mayoría de los recursos del mundo son usados por la gente de los Estados Unidos. El cortar bosques y usar otros recursos son siempre más para el beneficio del Primer Mundo que para el Tercero. Los matrimonios tienen menos hijos cuando sus vidas mejoran económicamente.
P. ¿No fue horrible lo que hizo el Papa en Cairo?
R. No basamos nuestro juicio del Papa en las palabras de Planificación Familiar.
P. ¿Son ustedes liberales o conservadores?
R. No.
P. ¿Qué son ustedes?
R. Nosotros somos Trabajadores Católicos.
P. Para hacer todo ese trabajo en Casa Juan Diego ustedes deben rezar mucho.
R. ¡No! ¡El gran trabajo es la oración! (Uno de nuestros Trabajadores Católicos voluntarios nos dice esto.)
P. ¿A qué tipo de personas admiran ustedes?
R. A la gente enamorada de Jesús, que no es ambiciosa por fama para sí misma o para su propio grupo y que respaldan sus palabras con obras.
Recen por nosotros.
Trabajador Catolico de Houston, Vol. XV, No. 1, febrero 1995.