header icons

Dorothy Day, Peter Maurin y el acercamiento creativo al movimiento laboral–los sindicatos y los trabajadores

Este articulo, sobre el trabajo y en soporte de los trabajadores, es el quinceavo de nuestra serie sobre las raíces del movimiento del Trabajador Católico, los santos, filósofos e ideas que influenciaron a Dorothy Day y Peter Maurin.

Cuando Dorothy Day se hizo católica, un sacerdote le pidió que escribiese la historia de su conversión, indicando como la doctrina social de la Iglesia la había guiado a abrazar el catolicismo. “Pero,” ella escribió en The Long Loneliness, “Yo no sabía nada de la enseñanza social de la Iglesia en ese tiempo. Jamás había oído hablar de las encíclicas.”

Fue Peter Maurin quien trajo las encíclicas sociales a Dorothy cuando lo conoció cinco años después de su conversión. El también le trajo su versión de la historia de la Iglesia, los profetas de Israel, los Padres de la Iglesia, la doctrina Tomista del bien común y el sermón de la montaña, cuyas enseñanzas él llamaba las “máximas de choque” de los Evangelios. Fue Peter el que trajo la idea del periódico para popularizar sus ideas, su programa de acción de discusiones de mesa redonda, casas de hospitalidad y universidades agrónomas, la nueva síntesis que él quería hacer, como Sto. Tomas en el medioevo.

Una de las áreas menos discutidas es el nombre que Dorothy Day escogió para el periódico–The Catholic Worker (El Trabajador Católico). Ella escogió este nombre como alternativa al popular Comunista Daily Worker para indicar que había una alternativa al comunismo, que había católicos que les importaban los trabajadores.

Dorothy Day–¿comunista o católica?

Dorothy Day nunca fue Católica Romana Comunista. Ella era una Católica Romana “Enciclicista” que aceptaba las encíclicas sociales católicas que criticaban ardientemente el capitalismo industrial y defendía la dignidad y los derechos de los trabajadores. Peter Maurin dijo que la meta del Trabajador Católico es “hacer las encíclicas (click) funcionar.” Dorothy Day aceptó todas las encíclicas.

El gran don de Dorothy Day a la Iglesia de E.E.U.U. fue que enseñó a los norteamericanos a ser católicos romanos.

No fue ella un William Buckley, el inventor del catolicismo de cafetería y la posición de libertad de escoger (pro-choice), por lo menos en economía, que aceptaba las encíclicas con las que concordaba y rechazaba las otras. El rechazó a la famosa encíclica de Juan XXIII que afirmaba la doctrina social católica y enlazaba la economía y la ética, Mater et Magistra (La Iglesia como Madre y Maestra), con “Mater, si, Magistra, no! – Madre, si, Maestra, no!

Los primeros números del Trabajador Católico contenían historias de trabajadores, asuntos laborales y huelgas. Peter estaba preocupado por que no estaba muy seguro de las huelgas. Más tarde cuando escucho de las huelgas no violentas de sentados, se puso en favor de ellas. Sin embargo, el interés por el trabajador estaba siempre en el corazón del periódico del Trabajador Católico con Peter y Dorothy.

Peter era tan radical que decía que trabajar por salario, especialmente en líneas de ensamble, era deshumanizante. El recomendaba regalar el trabajo de uno como presente. El también hacia hincapié en que el nuestro era un programa a largo plazo que buscaba propiedad de los medios de producción por los trabajadores, la abolición de la línea de ensamble, las fábricas descentralizadas, la restaura-ción de los oficios y la posesión de la propiedad..” (The Long Loneliness, p.220)

Es interesante leer sobre los Trabajadores Católicos iniciales en las líneas de piquete de huelga en un almacén grande en Nueva York notoriamente conocida por sus bajos salarios y sus largos horarios. La policía más fina de Nueva York arrestaba y cargaba a la cárcel a todos los que hacían las líneas del .piquete de huelgas, pero cuando Dorothy y sus estudiantes de secundaria se colocaron en las líneas llevando pancartas con las citas del Papa sobre salarios justos. La policía, la mayoría católicos, se quedaron mudos y no sabían que hacer.

“Había piquetes en masa cada sábado en la tarde durante la huelga de Ohrbach, y cada sábado la policía llegaba con vagones de patrulla y los cargaba a los piquetes con sus pancartas para llevarlos a la cárcel. Cuando nosotros entramos a la disputa con nuestros lemas extraídos de los escritos de los Papas con referencia a las condiciones del trabajo, la policía alrededor de Union Square se sorprendió y no sabía que hacer. Era como si arrestaran al Santo Padre mismo, uno de ellos dijo, si cargarían ellos nuestros piquetes y sus pancartas en nuestros vagones de patrulla. La policía se contentó con darnos mandatos. Un seminarista que estaba observando y dando vivas también recibió un mandato, que él lo guardó como recuerdo” (The Long Loneliness, p.206)

La policía se sintió como los agentes católicos de FBI que fueron enviados a arrestar a Dorothy en la Segunda Guerra Mundial por su pacifismo. Se quedaron asombrados que ella, quien comulgaba a diario, basase su pacifismo y resistencia en las enseñanzas de la Iglesia católica. Esto ayudó a rebajar su arresto, que J. Edgar Hoover quería.

¿Dónde están los “Enciclicistas” hoy día ?

Lo más extraño en el mundo es que no escuchemos las voces de otros Peter Maurins o católicos diciendo que debemos hacer que las encíclicas (click) funcionen. De hecho, escuchamos lo opuesto. Neo conservadores, tales como P. John Neuhaus, George Weigel y Michael Novak, entre los mejores y brillantes y los más poderosos intelectuales católicos de Los EUA, ignoran todas las encíclicas excepto una, (cuidado con la personas de un solo libro) que les da un asidero en promover el así llamado capitalismo creativo. Ellos no mencionan la reciente condenación del Papa del capitalismo laissez-faire en Polonia.

Esto es desafortunado, no solo por el descuido de otras encíclicas, también destacadas, sino por que las condiciones de los trabajadores a través del mundo son tan malas que ellos subsisten al margen de la existencia humana.

Las condiciones laborales en el mundo son tan malas o peores de lo que fueran en el tiempo de la revolución industrial en los 1800’s con sus semanas con siete dias de trabajo y salarios de esclavos. Des-afortunadamente, no hay Dickens modernos que se manifiesten en escribir sobre las condiciones actuales. Oh, que P. John Neuhaus, George Weigel y Michael Novak hagan esto.
No solo un Foco

Dorothy cuenta en The Long Loneliness como el énfasis en la parte laboral y de las huelgas era tan necesario en la época de la depresión cuando las huelgas eran en contra de la ley y las condiciones del trabajo eran tan malas, cambió en el Trabajador Católico en años posteriores.

“Publicamos muchos artículos de peso sobre el capital y el trabajo, sobre huelgas y condiciones de trabajo, sobre la línea de ensamble y todos los otros males del industrialismo. Pero era toda una figura completa del hombre y su destino de manera que hicimos menos énfasis, conforme pasaron los años, sobre el aspecto del trabajo organizado del periódico.

“Se ha dicho, que fue el Trabajador Católico y sus historias de pobreza y explotación que despertaron a los sacerdotes para empezar escuelas de trabajo, ir a las líneas de huelgas, a aunarse con los trabajadores en las huelgas.

“Y muchos sacerdotes que después se hicieron famosos por su interés en el bién del trabajador, pensaron que en cierta forma nosotros habiamos desertado el campo, dejado la causa del trabajador sindicado. Obispos y sacerdotes que aparecían en las plataformas de la A.F. de L. y la C.I.O. sintieron que nos habiamos separado de nuestra intención original y tomado otros trabajos en los campos de filosofía y teología que podrían ser mejor dejados a los clérigos. La discusión de la moralidad de la guerra moderna, por ejemplo, y la aplicación del principio moral en conflictos específicos. Los líderes laborales mismos sentían que en nuestro juicio de guerra, los juzgábamos a ellos por estar trabajando en la gigantesca carrera armamentista, como que lo estábamos. El nuestro era en realidad un frente no popular.

“Cuando empezamos nuestro trabajo habían 13 millones de desempleados. El mayor problema del día era el del trabajo y la máquina.

“El estado entró para resolver estos problemas de socorro por subsidio y trabajo, estableciendo tantas oficinas que nos enterraron en iniciales. NIRA le daba planes a la NRA y como NRA fue declarado inconstitucional otras organi-zaciones, otras administraciones fueron establecidas. El problema del estado moderno apareció como nunca antes en la vida en los Estados Unidos.

“Una de las críticas de Peter sobre el trabajo era que estaba colaborando en la creación de un Estado de Asistencia Social, el Estado Servil, en vez de aspirar hacia la propiedad de los medios de producción y la aceptación de la responsabilidad corres-pondiente.”

El mayor problema de nuestros días es nuevamente el problema del trabajo en todo el mundo, especialmente en los países pobres. El comercio libre de la economía global, es que no es libre, sino comercio manejado. Es manejado para el bien de los países ricos que se aprovechan del trabajo barato. Las encíclicas y otros tratados de los líderes de la Iglesia continúan condenando el tratamiento de los trabajadores como mercancías en vez de como personas, mercancías que pueden ser eliminadas o pagadas con salarios esclavisantes para producir más utilidades para los accionistas. La situación de los trabajadores en las maquiladoras en América Latina y en otros continentes es tan mala como la encarada por los trabajadores de Dorothy Day y otros Trabajadores Católicos en los 30’s. La situación general de los trabajadores en el tercer mundo en la economía global es en el mejor de los casos precaria.

Peter Maurin, co-fundador del movimiento del Trabajador Católico, era un crítico del comunismo, pero criticaba al capitalismo en términos muy duros. El creía, como la tradición de la Iglesia, que la ética y la economía no se podía separar. El señalo que en la edad media “la idea de adquirir riqueza estaba limitada por un cuerpo de reglas morales impuestas bajo la sanción de la autoridad religiosa.” Hablando del sistema capitalista cuando opera sin límites lo llamó un sistema de crimen organizado por que es un sistema agiotista.

Recibimos hospitalariamente a los inmigrantes que se ven forzados a emigrar por razón de la economía global. Sabemos que hay muchos mas que no pueden ni siquiera pensar en hacer el difícil viaje para tratar de trabajar y enviar dinero a las familias en necesidad desesperada.

¿Cómo puede una persona con acciones en una compañía que est obteniendo inmensas utilidades a costas de los pobres recibir los dividendos con impunidad, sabiendo que cuando estas compañías tenían sus fábricas en los Estados Unidos pagaban un promedio de $14.00 la hora pero ahora pagan $20.00 a la semana o menos?
Los accionistas de estas compañías no quieren herir al pobre, ni forzarlos a emigrar ilegalmente a los Estados Unidos, pero ellos ss quieren hacer dinero (utilidades). Es fácil olvidar que Jesús no murió por oro.

Aparece que un nuevo colonialismo está tratando de reemplazar al viejo, con inversionistas extranjeros que son los nuevos conquistadores, sobrepasando a los viejos en crueldad en re-establecer una nueva esclavitud. Uno debe preguntarse ¿cómo puede uno estar tan ciego por el oro como para no darse cuenta de que los trabajadores se están muriendo? ¿Cómo la gente puede estar interesada en las utilidades y en mantener un elevado estado de vida que no ven o están dispuestos a racionalizar y minimizar el efecto de las decisiones en los pobres sufrientes de América Latina, Asia, Africa?

Hay momentos cuando los sindicatos se hacen muy poderosos, tal vez muy poderosos. Esta no es la situación hoy día. Los trabajadores necesitan nuestro soporte.

Trabajador Católico de Houston, Vol. XVIII, No. 5, septiembre-octubre 1998.